Políticas

3/2/2021

CORONAVIRUS

El gobierno oculta datos de contagios

Defendamos el derecho a la vacunación masiva de los docentes y de todos los trabajadores.

Según directivas del Ministerio de Salud que preside Ginés García se dejarán sin efecto los partes diarios por Covid-19 y la información oficial pasará a ser semanal. El argumento del gobierno alude a la necesidad de incorporar la cantidad de vacunados junto a los datos de contagios y muertes.​ Este cambio “comunicacional”​ de los nacionales y populares​ surge ahora ​cuando se superaron los 48.000 fallecimientos por la pandemia y​ cuando​ son más de un millón novecientos​ mil los contagios en todo el país (la mitad de estos en​ la provincia de Buenos Aires).

Esta dilatación​ deliberada de los informes acompaña los anuncios de nuevas aperturas y la “nueva normalidad”​ que exige la burguesía y por la que se moviliza la derecha. Es​ imposible desligar​ esta modificación -los informes se darán solo los días martes- del fallido plan de vacunación que tanto Alberto Fernández como Kicillof anunciaron en su momento​ con bombos y platillos y que está completamente empantanado.

En números,​ al 28 de enero se vacunaron​ solo 278.451 personas con la primera dosis y 65.583 con la segunda, para​ completar el esquema vacunatorio contra el coronavirus. Sin cronograma a la vista, el gobierno esconde los datos del Covid-19, mientras proclama el “amesetamiento” de la pandemia.

Desde el​ lunes 1​ se habría retomado​ la vacunación, con la aplicación de las​ 220.000 dosis que llegaron con el último vuelo desde Rusia (110.000 de la primera e igual cantidad de la segunda dosis). Cuando finalice esta tanda, los vacunados en forma completa llegarán​ recién a los 200.000 en todo el territorio nacional. Muy lejos de lo anunciado y más lejos aún de las necesidades.

 

Provincia de Buenos Aires

Como referencia, y aunque los datos varían, la provincia de Buenos Aires viene recibiendo aproximadamente la mitad de las dosis destinadas​ a toda la Argentina. De mantenerse esta tendencia​ seguirían sin​ recibir la vacuna completa una cantidad muy importante de trabajadores de la salud​ bonaerense que están en la primera línea de lucha contra el virus.

Igualmente, o más​ incierta,​ es​ la situación de​ los 21 mil docentes y auxiliares en condiciones​ de riesgo que debían ser​ vacunados antes de​ febrero, según los dichos del viceministro de Salud provincial, Nicolás​ Kreplak, y​ la directora General de Escuelas, Agustina Vila. Todo indica que no se concretará​ esta vacunación por la exigua cantidad de dosis recibidas y la lentitud de un cronograma que el gobierno no puede sostener.

Iniciado​ el segundo mes del 2021, ​el programa o calendario de vacunas solo existe como promesa​ de campaña y para reforzar las presiones capitalistas​ para la​ “vuelta a la presencialidad”. Este fracaso explota​ cuando estamos en plena pandemia y con el peligro de una segunda ola en puerta​, que está haciendo estragos en Europa y que​ forzó el cierre de escuelas en la Alemania de Merkel.

Las dosis aplicadas, y por aplicar, son​ apenas un 10% de las cinco millones que deberían haber ingresado en enero para todo el país. Esto mismo se repite en la provincia de Buenos Aires, con esa bomba explosiva que es el conurbano, agravado por las medidas ajustadoras​ y fondomonetaristas del gobierno nacional y provincial y el desmonte de las limitadas medidas de contención como el IFE.

Para el “boletín oficial” Página 12​ las tandas no van a superar las​ 200.000 dosis “por viaje” en el mes de febrero.​ Quienes pregonan​ que la única verdad es la realidad se abocan a encubrir el fallido​ esquema lanzado con tono triunfalista por el gobierno del Frente de Todos. Una política de encubrimiento para tapar una política sanitaria que hace aguas y que anunciaba -hasta hace no mucho- la provisión de​ 22 millones de dosis​ en marzo​ y la vacunación previa de la totalidad de la docencia, personal de salud, grupos de riesgo y mayores de 60 años en febrero. Nada de esto está caminando.

Cuestión de régimen

A​ fines de diciembre​ Kicillof​ y Vila anunciaron el acondicionamiento de 350 escuelas bonaerenses para la “vacunación masiva”​ de la población. Flanqueando al “gobernador amigo”, la burocracia de Baradel y del Frente de Unidad Docente Bonaerense se presentaron como los ejecutores de esta campaña oficial de vacunación​ con la aviesa intención de marginar a la oposición docente combativa de la Multicolor.​

En paralelo,​ y buscando diferenciarse de Larreta, Kicillof lanzó una “preinscripción” de vacunación​ que en pocos días sumó a decenas de miles de docentes bonaerenses.​ El resultado está a la vista​ y es grave: las vacunas Sputnik V vienen en cuotas cada vez más raleadas y el refuerzo con las vacunas Pfizer y AstraZéneca está también parado por la guerra de vacunas.

El ocultamiento​ del gobierno y las burocracias​ no se limita a espaciar la difusión de los datos del Covid-19. Los Fernández y Kicillof​ hablan de​ problemas de producción​ para justificar la provisión absolutamente insuficiente de vacunas y el recorte de las que deberían haber llegado​ desde Rusia. Estos “problemas” no son otra cosa que el monopolio capitalista de los laboratorios, patentes y producción de las vacunas. Del total de vacunas producidas en el mes de enero el 95%​ fue destinado a una decena de países entre los que se encuentran las grandes potencias imperialistas que controlan el mercado mundial. La ciencia y la salud son rehenes de un régimen social en el que las fuerzas productivas chocan con la propiedad privada de los medios de producción.

​Como trascendió, los contratos incluyen precios ocultos que duplican los precios públicos, haciendo de la pandemia y la segunda ola un negocio billonario para los capitalistas de la “salud”. Esta es la raíz del acaparamiento de las vacunas y una soga al cuello para los países semicoloniales y atrasados como la Argentina.

Putin ya adelantó que la producción de la Sputnik V en Rusia será para los rusos y que los contratos acordados deberán cubrirse con la fabricación de las​ vacunas en​ otros países productores, como la India y Corea del Sur. Esto ha llevado a que el gobierno tome ahora como eje de su discurso​ la posibilidad de​ producir​ la Sputnik V en la Argentina y que desde el gobierno ruso aparezca​ la variante​ de exportar una “Sputnik light” o sea una dosis de menor cobertura y devaluada.

Las condiciones para la presencialidad

​La función de las burocracias, y en particular de la Ctera-Suteba, es encubrir este fracaso del gobierno peronista. En la provincia de Buenos Aires lo hacen ladinamente: mientras que en CABA los sindicatos reclaman la vacunación (“Larreta, los docentes queremos vacunarnos”), la burocracia celeste​ de Baradel dice que la vacunación en la provincia​ no es una condición sine qua non para la presencialidad. Reigada, de Ctera y senadora provincial del Frente de Todos, lo disimula al decir que la vacunación masiva de los docentes es una “aspiración”.

Se trata de una impostura calculada​, porque la defensa de la vacunación masiva es una condición necesaria pero no suficiente y es parte de un programa integral junto al cumplimiento de las obras, las​ condiciones edilicias, de ventilación, de agua, y de distanciamiento para garantizar la presencialidad.​ Corresponde a una lucha que la burocracia entregó y que debe hacerse en común con las familias, por mayor presupuesto para la educación pública y partiendo del fracaso de una “virtualidad” carente de dispositivos​ y conectividad.

El 12 de febrero es un día clave para los trabajadores de la educación. El DNU de Alberto Fernández, que extiende el Dispo (distanciamiento social), incluye en sus artículos el retorno a la presencialidad en las escuelas. Con este propósito,​ mientras se limita la actualización de la información sobre los contagios, el Consejo Federal de Educación, que reúne a los ministros de Educación de las provincias, se dispone -con la venia de Trotta- a modificar a la baja el “semáforo” epidemiológico​ aprobado en octubre. El propósito es romper el impedimento formal que prohíbe la presencialidad con circulación alta o media del virus. Matar al mensajero.

La recorrida de Trotta, anunciando que en marzo habrá sí o sí​ presencialidad en las escuelas al menos​ tres veces por semana, alienta la movilización derechista bajo el lema “Abran las escuelas​ sin condiciones”. A esta política​ la tenemos que enfrentar y aislar con un programa de defensa de la salud y la educación pública y el frente único de los trabajadores ¡Hagamos valer las condiciones!

Para los sindicatos combativos se trata de emplazar al gobierno con un plan de acción progresivo y un programa que incluya las exigencias para que el retorno a​ clases presenciales sea seguro y no estalle en otro ciclo ascendente de la pandemia como sucede en Europa.

Para todos los trabajadores, la tarea es poner en marcha los comités de seguridad e higiene, con poder de veto,​ para enfrentar la catástrofe​ sanitaria en curso y promover las asambleas y reuniones de cuerpos de delegados para enfrentar la ofensiva patronal e imponer un verdadero plan de vacunación​ masiva bajo control popular.