Políticas

20/9/2007|1010

El “gordo” Oscar Lescano anuncia el tarifazo

"El cambio recién comienza"

“Estoy convencido de que las tarifas están muy bajas. Las tarifas de Capital y Gran Buenos Aires son las más baratas, no del país sino del mundo” (Ambito Financiero, 12/9). Los pulpos privados que explotan los servicios difícilmente puedan decir semejante obscenidad de manera directa. Por eso emplean a uno de sus portavoces habituales: Oscar Lescano, el “gordo” que dirige el sindicato de Luz y Fuerza.


Según Lescano, “hay un compromiso firmado, una carta intención, entre el gobierno y las empresas, que en febrero de 2008 debería haber aumentos (de tarifas). Por lo que sé no va a ser un aumento del 30 ó 40 por ciento, será escalonado...”. El tarifazo está asegurado, entonces, por una carta de intención.


En otras palabras: Cristina Kirchner subiría condicionada por un acuerdo con los pulpos de la energía. Este es el resultado tangible de sus viajes por el extranjero.


Pero hay más:


“Esta vez, lo que también está en juego es qué pasará con la Ley de Emergencia Económica –que prevé la pesificación de las tarifas de los servicios públicos y la imposibilidad de indexar contratos–, que fue sancionada en 2002 y prorrogada año tras año” (Clarín, 17/9). O sea que va a ser derogada para que el futuro gobierno tenga “las puertas abiertas para varias cosas: no sólo encarecer los servicios públicos... sino para establecer nuevos marcos regulatorios” (ídem anterior).


Además, la derogación de esa ley permitirá negociar con el Club de París –por tanto, con el FMI– la deuda de 6 mil millones de dólares de la que esa asociación de usureros es acreedora.


La calidad de este gobierno y la del gobierno que viene están indicadas por la calidad de su portavoz en esta ocasión. Lescano es el que no hace mucho debió hacer otra confesión: él y los demás burócratas de la CGT, dijo, no podrían caminar cerca de las filas de desocupados porque “nos pegarían”.


Como se ve, “el cambio recién empieza”.


Conseguir la imprescindible re-nacionalización de las empresas de servicios públicos bajo control de los trabajadores, para ponerlas al servicio de la Argentina y no de sus saqueadores, exige echar de los organismos obreros a esa costra burocrática servidora del patrón.