El grito en Venezuela, los huevos en Nueva York
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Cristina Kirchner concluyó, diez días antes del referendo venezolano, una promocionada gira a los Estados Unidos, donde se reunió con Hillary Clinton y la ex canciller Madeleine Allbright, merodeó la convención demócrata que nominó a Kerry como candidato presidencial y se reunió con varios senadores. El tema central en todas sus entrevistas fue la deuda externa, algo que seguramente estuvo más al tope aun en la reunión con el presidente del Citibank, William Rhodes. Según sus propias palabras, "buscamos un acuerdo que la Argentina pueda cumplir”. Después de las fotos de rigor, la Kirchner destacó la ‘comprensión’ de sus anfitriones ante ‘los problemas de Argentina’.
La gira de la senadora, más allá del renovado compromiso del pago de la deuda externa, muestra la verdadera dimensión de la política y de la diplomada del gobierno de su esposo. Es que mientras Cristina Kirchner viajaba entre Boston y Nueva York, otros ‘embajadores no oficiales’ del gobierno lo hacian hacia Caracas. Alicia Castro y el ‘multiuso´ D’Elia llegaron a Venezuela a declarar su respaldo a Chávez en las vísperas del referendo revocatorio. La Castro, incluso tuvo a su disposición el famoso avión presidencial heredado de Menem.
La gente con la cual Cristina Kirchner se entrevistó en los Estados Unidos fogoneo a la oposición venezolana. Los ‘escuálidos´ de Venezuela no sólo encuentran amigos en el gobierno de Bush sino también en la oposición demócrata. Uno de los más firmes impulsores del referendo ha sido el demócrata Cárter.
Mientras que para la tribuna Kirchner posa como ‘chavista’ en los hechos negocia y acuerda con los que conspiran contra el gobierno de Chávez.
Como el tero, el grito se escucha en Venezuela, pero sus huevos se calientan en Washington y Nueva York.