Políticas

22/9/2022

El Indec refleja un crecimiento de la informalidad laboral y caída del salario

Según el último informe de mercado de trabajo.

Se publicaron las cifras sobre mercado de trabajo.

El informe de mercado de trabajo de Indec, sobre el segundo trimestre 2022, si bien indica una reducción en el índice de desocupación, da cuenta de cómo crece la precarización laboral y la demanda de empleo en aquellos que cuentan con uno, ya que lo que ganan no les alcanza para vivir debido a la miseria salarial reinante.

En relación al primer trimestre 2022, la tasa de actividad pasó del 46,5% al 47,9%; la de ocupación del 43,3% al 44,6% y la de desempleo cayó del 7% al 6,9%. Sin embargo, avanzó fuertemente la informalidad laboral: la tasa de trabajadores con descuento jubilatorio (en blanco) retrocedió del 64% al 62,2%, mientras que la de los que carecen de esos descuentos por trabajar en negro subió del 36% al 37,8%.

Como vemos, las patronales se valieron del “rebote” económico pospandemia para avanzar en una mayor explotación obrera, generando un retroceso en los derechos laborales y las condiciones de vida de los trabajadores. Algo que ya se viene verificando a lo largo del tiempo: en los últimos 10 años la cantidad de monotributistas aumentó un 36% mientras que los puestos de trabajo en el sector privado registrado crecieron apenas un 1,6% en ese período, según la consultora Ghidini-Rodil. Recordemos que bajo la figura de monotributo muchas veces se esconden relaciones de dependencia no blanqueadas.

Por otra parte, también se destaca que, de un trimestre a otro, la tasa de subocupación (quienes trabajan menos de 35 horas semanales y están dispuestos a trabajar más horas) ascendió del 10,8% al 11,9%. Lo anterior refleja que cada vez más personas buscan trabajar al menos 8 horas diarias para recibir un sueldo que les permita sobrevivir, pero se ven impedidas debido a la falta de empleo genuino. Muestra de ello es que el 40,4% de la población desocupada lleva más de un año buscando trabajo.

Al mismo tiempo avanza la tasa de sobreocupación (quienes trabajan más de 45 horas semanales), la cual pasó del 26,8% al 27,5% entre el primer y el segundo trimestre 2022. Esto evidencia que el deterioro salarial creciente obliga a nuevas capas de trabajadores a realizar jornadas laborales de más de 8 horas para poder llegar a fin de mes. En ese sentido, la tasa de ocupados demandantes de empleo pasó del 15,5% al 16,3% de un trimestre a otro.

Por otro lado, persiste la desigualdad entre los géneros dentro del mercado laboral. Mientras la tasa de actividad de los varones es del 70%, la de las mujeres es del 51,7%. A su vez, los varones presentan una tasa de empleo del 64,9% y las mujeres de un 47,7%. Asimismo, la desocupación afecta al 7,8% de las mujeres y al 6,1% de los varones. Sucede que son las trabajadoras las que ocupan los puestos más precarios y las que, en muchos casos, se ven obligadas a destinar menos horas de su vida al trabajo remunerado puesto que recae sobre ellas el grueso de las tareas de cuidado al interior del hogar.

Así las cosas, se profundiza la miseria salarial y el trabajo precario fruto del acuerdo que existe la clase capitalista, el gobierno y la burocracia sindical. Necesitamos revertir este cuadro, conquistando un salario inicial de $180 mil, aumentos salariales indexados a la inflación, trabajo bajo convenio para todos y reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados sin afectar el salario. Para eso, cobra vital importancia que irrumpa en la escena política un paro nacional y un plan de lucha. Apoyar las batallas que están librando diferentes sectores de la clase trabajadora, como el Sutna, los docentes y la Unidad Piquetera es un paso fundamental en ese camino.

 

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