Políticas

8/3/2007|982

El Indec y la deuda pública


Rubén Manusovich, de Fedecámaras, es un farsante. En su permanente búsqueda mediática, se presentó ante la Justicia para denunciar una supuesta connivencia de los técnicos del Indec con los bonistas del exterior para agrandar el porcentaje de inflación oficial.


 


"Si se altera el índice de precios, se modifica el valor de los bonos que se ajustan por inflación, lo que ocasiona un grave perjuicio al Estado, que tiene que pagar más", declaró Manusovich.


 


Pero sucede que Manusovich viene denunciando la realidad de los aumentos de precios que se suceden a diario, lo que no le impide defender la eficacia de los supuestos controles de precios del gobierno.


 


Por ejemplo, tan sólo dos meses atrás, ante el lock-out ganadero, Manusovich denunció que “a los incrementos del 20 por ciento en la canasta navideña se sumarán ahora los de la carne y los sustitutos, pollo, cerdo y demás animales de granja, pavo, cordero y chivo, entre otros”. En enero, Manusovich dijo que los precios de los alquileres de los locales comerciales aumentaron 50 por ciento este año respecto de los valores de 2006, y advirtió que esta suba repercutirá en los precios. Así podríamos seguir hasta el infinito.


 


De esta manera, Manusovich confirma que el índice de inflación del Indec es “trucho” no porque exagera el nivel de inflación sino porque lo dibuja hacia abajo. Manusovich no puede dar dos pasos seguidos sin contradecirse.


 


Ahora reclama que el Indec no registre estas subas. Pero hay algo más grave. El ajuste de los bonos por la inflación y por el PBI fue la propuesta “mágica” que la banca internacional le impuso a Kirchner y Lavagna para ingresar en el canje de la deuda. Los bancos se aseguraron de este modo una ganancia extraordinaria en dólares que no obtienen en ningún otro lugar del planeta. La connivencia con la usura internacional no es de los técnicos del Indec sino del gobierno “nacional y popular” que Manusovich defiende.


 


Por último, el ajuste por inflación se produce en la práctica cuando los bonos vencen y deben ser cancelados por el gobierno; no afecta el día a día. La manipulación del Indec se presta a la especulación en beneficio de los amigos del gobierno, que compran en la baja y venden cuando el gobierno autorice la suba del Indec.