Políticas

18/8/2021

El “liberal” Espert y la “negativa” a dar de baja los planes sociales

Un hijo fracasado del macrismo, que pretende pasar los programas al control de las patronales y avanzar más en la precarización laboral

José Luis Espert “sorprendió” a los medios de prensa que recogieron su supuesta negativa a dar de baja a los programas sociales; la noticia dejó en segundo lugar su apoyo público al juicio político a Alberto Fernández por el “Olivos Gate”. Pura demagogia electoral por parte de quien supo ser asesor de Mauricio Macri e hizo carrera denostando a los “planes sociales” como responsables del déficit fiscal.

La Nación tituló intencional o maliciosamente “José Luis Espert apoya a los beneficiarios de los planes sociales”. Si bien se trata de una estafa típica de la política electoral burguesa, el “viraje” responde también al temor que despierta en la clase capitalista la capacidad de movilización y lucha de los miles de trabajadores desocupados y precarizados organizados por el Polo Obrero y el Frente de Lucha Piquetero. El “liberal” razona como un hombre del Estado capitalista ante el escenario explosivo de enorme desempleo y un 60% de pobreza en el Conurbano bonaerense.

Recalculando

El volantazo electoralista dejó pedaleando en el aire a todos los derechistas que transpiran los programas de televisión -de los que Espert es habitué y panelista- clamando por la quita de los planes sociales. Ni lerdo ni perezoso, el “liberal” captó el peso que tiene la miseria social en el proceso político y electoral; y también el peligro potencial que representa un desplazamiento político hacia la izquierda. La semana pasada una patota cheta de Espert increpó a militantes del Partido Obrero en La Matanza para “medirse” con la izquierda. Es Espert quien pelea por no quedar relegado en las encuestas cuando el Frente de Izquierda Unidad tiene una tendencia de voto ascendente en la provincia de Buenos Aires y es intérprete de los reclamos populares.

Tardíamente, el facho de Espert recalcula su dosis de bolsonarismo, y en parte lo relega para mejores tiempos, en una Argentina turbulenta y golpeada por una crisis social, sanitaria y económica sin precedentes. El candidato de Avanza Libertad no puede reivindicar ser un “outsider” porque quedó asociado al fracaso estrepitoso del gobierno macrista al que apoyó entusiastamente en sus inicios, y del que tardó en despegarse. Lejos de las poses disruptivas y antisistema, Espert se presenta por descarte después de haber sido rechazado por piantavotos en la interna de Juntos por el Cambio.

Pegado al macrismo

A pesar de sus “broncas”, José Luis Espert quedó pegado de por vida al derrumbe del gobierno “neoliberal”, y al endeudamiento calamitoso que llevó a la Argentina al default y sirvió para financiar una colosal fuga de capitales. Ahora con el Frente de Todos en el gobierno, y la política ajustadora y fondomonetarista en marcha, Espert se va quedando sin letra frente a quienes “arreglaron” con los fondos buitres”, aceptan el monitoreo del Fondo Monetario, pagaron al Club de París y recortan los gastos del Estado en plena pandemia y a cuenta del FMI, a niveles históricos. Las recetas del aventurero Espert son un salto al vacío sin la mellada red de seguridad que representan las burocracias sindicales.

La “desmacrización” de Espert se ha convertido en un deporte nacional y es también la bandera de Larreta, Santilli, Vidal y del radical Facundo Manes para reciclar a “Juntos” como una opción frente a un peronismo devaluado en la consideración popular. La campaña del “liberal” y de sus candidatos omite referirse a la provincia de Buenos Aires, guardando prudente silencio frente a la oferta mejorada, sin quita de capital y a pagar desde el 2022, que Kicillof hizo a los bonistas buitres. Sólo el Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad denuncia los pactos entre el Frente de Todos y Cambiemos, que dio lugar a un verdadero cogobierno legislativo y la votación común de las principales leyes provinciales. En todo este tiempo, Espert funcionó como una colectora del macrismo.

Espert es parte de la corrompida política capitalista que gobernó la Argentina. El candidato se rasga las vestiduras por el vacunatorio y la cuarentena vip de Alberto Fernández, pero lleva en sus filas a Carolina Píparo, despedida del macrismo por la causa judicial que la compromete, junto a su marido, por el atropello y falta de auxilio a motociclistas en la ciudad de La Plata. Píparo carga también con el intento de coima a una de las víctimas para que levante la denuncia, y busca impunidad parlamentaria. La lista de Espert es un aguantadero.

 La libertad del capital

En el reportaje del diario La Nación, el exasesor macrista llama “cultura del trabajo” al conchabo barato y precario de trabajadores de los programas sociales. Complementando, agrega en otros reportajes que los planes no deben suprimirse “de una” (sic) sino quedar al servicio de la contratación empresaria con eximición de las cargas sociales y otros beneficios de los que debería hacerse cargo el Estado. Flexibiliza el trabajo y estatiza los sueldos. Lo mismo plantean Florencio Randazzo y su “vereda del medio”, que sin hipocresía exigen terminar con la “cultura de los planes” en abierta competencia entre derechistas de medio pelo. .

El susodicho Espert promete terminar con la esclavitud del Estado para que los trabajadores sean esclavos de los capitalistas sin derechos laborales ni límites a la voracidad patronal. En la campaña electoral del 2019, más incisivo, declaraba que al “beneficiario de los planes ” que no aceptase trabajar en esas condiciones se le debía quitar la (miserable) retribución en dinero y a lo sumo darle un “pago en especies” (bolsones) .

Espert y Florencio Randazzo representan las mismas políticas capitalistas en las que se empeñaron todos los gobiernos de las últimas décadas, chocando con el movimiento obrero y popular. Responden a una tendencia más general del capital para abaratar la mano de obra, y aumentar la explotación absoluta del trabajador. La “cultura del trabajo” es también el verso de los Cayetanos, la “economía popular” y el papal Juan Grabois, quienes llaman “Programa de Desarrollo Humano Integral” a otra variante precaria de contratación empresaria con “salarios” pagados en parte por el Estado.

El tándem Espert-Randazzo comparte un programa antiobrero para reventar los convenios colectivos de trabajo, aunque no son éstos los únicos voceros directos de la reforma laboral. El renunciado y exdiputado peronista Facundo Moyano hace rato que actúa en esta misma dirección, incluida la eliminación de las indemnizaciones por despido que piden la UIA y las cámaras patronales. La burocracia sindical no es una piedra en el zapato sino una lobista de las patronales y guardiana del ajuste contra la clase obrera.

Aunque Espert y los suyos hacen de la “libre competencia” sin paritarias ni organizaciones gremiales, la tierra prometida a la burguesía, mucho más terrenales, los capitalistas ponderan a las podridas y empresariales burocracias sindicales que entregan las luchas y las reivindicaciones obreras. La precarización no “crea trabajo” y sí acentúa la inestabilidad laboral y los despidos de trabajadores. Espert no representa la vitalidad del capitalismo sino su putrefacción histórica, su variante más bárbara, y un obstáculo contra las innovaciones tecnológicas y la inversión en capital constante.

Si hay lucha, estamos

El Frente de Izquierda Unidad tiene un programa integral para terminar con la desocupación y la miseria, y defiende un gobierno de los trabajadores. La “libertad del capital” somete a la clase obrera a los vaivenes de las crisis capitalistas. En defensa de la clase obrera y los explotados, el Partido Obrero lucha por la ocupación de toda empresa que despida a sus trabajadores, por la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, un salario igual a la canasta familiar y el seguro al desocupado no inferior a la canasta básica, y por un programa económico integral bajo control obrero que nacionalice la industria , la banca, el comercio exterior y que se apoye en el no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI. El 12 de septiembre votamos al Frente de Izquierda Unidad (Lista 1A).