El mayor plenario convocado por el Sutna San Fernando

Paro activo y movilización al Ministerio de Trabajo


Convocados por el Sutna-San Fernando, alrededor de 900 dirigentes y delegados sindicales de la izquierda y el clasismo colmaron el Auditorio Mayor de Sociales de la UBA para discutir la huelga aceitera, las luchas en curso y el paro del 9 de junio. Fue el séptimo de este tipo, el más numeroso, con nuevos sectores, en particular los agrupados en la CSC-PO. Los propios anfitriones, la interna no docente de Sociales y sus trabajadores, están en plan de lucha y así fue destacado. Lo mismo AGD-UBA en la paritaria de Conadu Histórica. Participó toda la izquierda con delegaciones.


 


Estuvieron los secretarios generales de los Suteba de La Matanza, Tigre, La Plata, Ensenada, Escobar; delegados y trabajadores de la Naranja Gráfica de Morvillo, Interpack, AGR-Clarín y otros talleres; una numerosa delegación del Sitraic; ferroviarios de la seccional de la UF de Haedo, encabezados por la delegada Mónica Schlottauer y compañeros de Causa Ferroviaria de todas las líneas, así como trabajadores y delegados aeronáuticos, telefónicos, plásticos, papeleros, bancarios, estatales de Capital y provincia.


 


Se destacó una gran delegación de Fate. Junto al cuerpo de delegados de Ecotrans estuvieron compañeros de la Línea 60. Concurrieron trabajadores del frigorífico Rioplatense; metalúrgicos; trabajadores de prensa, quienes anunciaron un nuevo sindicato; médicos de la Cicop y de ATE, representando a seis grandes hospitales presentes; docentes de UTE y de Ademys; judiciales y compañeros de comercio; del SAT; mecánicos del Smata; camioneros; trabajadores de autopistas; despedidos de Lear; del sindicato de tercerizados telefónicos de UETTEL, que enfrentan a la patota de la Uocra; de Atrana, de Radio Nacional; perfumistas; municipales y decenas de delegados del Programa Argentina Trabaja.


 


El punto central fue convertir el paro “dominguero” en activo. Se denunció a Depetri y su amenaza de un nuevo Mariano. Se planificó defender los piquetes iniciales temprano, y desde allí una movilización común al Ministerio de Trabajo, para fijar un programa y una perspectiva a través de los oradores de un acto obrero ante el gobierno. El punto de concentración será a las 10 horas en el Obelisco, tras los piquetes.


 


La intervención de un compañero aceitero, activista de la huelga y del piquete, conmovió al plenario.


 


Los compañeros de Opinión Socialista propusieron participar de la marcha convocada por la CTA michelista el 8 de junio y no realizar una movilización independiente. Ileana Celotto, de AGD-UBA, fue contundente al señalar que en el congreso de la Conadu Histórica el michelismo se opuso al paro de 36 horas. Claro testimonio de que no hay tal paro convocado por esa central.


Pitrola enlazó al plenario con la tradición del Cordobazo, por su método y por la perspectiva del gobierno obrero. Rescató a la huelga aceitera como el camino, por su planteo y por su método. Criticó la adaptación de la CTA al apriete antipiquetes de Maturano el propio 9 de junio. Caracterizó la movida de la CTA como un hecho minoritario, utilizado como plataforma de candidaturas patronales y antagónicas a la izquierda, como Stolbizer o De Gennaro. Al mismo tiempo, llamó a los compañeros a romper con la Verde y sumarse a la Lista Bermellón, encabezada por Raquel Blas de Mendoza, para enfrentar a la dirección burocrática de ATE. Llamó, al cierre de su intervención , a los compañeros del Encuentro de Atlanta y a toda la izquierda a coordinar las acciones propuestas en el plenario, a la vez que invitó a Ferro el 5 de junio como antes lo hiciera Schlottahuer, su compañera en la lista de diputados.


 


El adjunto de UETTEL (tercerizados telefónicos) denunció la agresión sufrida en el obrador de La Plata por la patota de la Uocra del “Pata” Medina. Convocó a participar de las acciones contra la patota, que mantiene ocupado el lugar de trabajo. Damián González, reinstalado en Lear, denunció las agresiones sufridas por parte de la burocracia del Smata.


 


Las resoluciones formulan un programa que ya trascendió a los medios: la anulación del impuesto a las ganancias sobre los salarios de convenio, la ocupación de toda fábrica que cierre y la prohibición de despidos y suspensiones, el pase a planta permanente de precarizados y el 82%. En esa línea, el plenario coincidió en la necesidad de un paro de 36 horas y un plan de lucha, frente a los paros aislados convocados por la burocracia. El plenario se pronunció también en apoyo la marcha del 3 de junio convocada con la consigna “Ni una menos”.