El movimiento obrero paró contra los femicidios
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En un movimiento obrero que ha sabido sorprender a lo largo de su historia con sus iniciativas, la autoconvocatoria a un paro nacional de mujeres por justicia para Lucía, la joven marplatense brutalmente asesinada, debe ser saludado como un enorme soplo de aire fresco en la situación política. El paro fue convocado por iniciativa de organizaciones de lucha en las que existe un peso importante de hombres entre quienes trabajan y luchan. El paro contra los femicidios se dio, además, a pesar de la inacción de la burocracia sindical. Entre las manifestaciones más sobresalientes se encuentran las asambleas en los lugares de trabajo impulsadas por la CTA Autónoma de Mendoza; la adhesión de numerosos sindicatos docentes (Sutebas combativos, AGD-UBA, entre otros) y reparticiones estatales; el Sipreba (trabajadores de prensa) resolvió un cese de tareas de una hora y la participación en la marcha (también Atrana, que nuclea a los trabajadores de Radio Nacional); los gráficos de Interpack y AGR-Clarín pararon una hora. Además, hubo decenas de pronunciamientos solidarios en otros sectores del movimiento obrero industrial, como el Sutna (neumático), fábricas papeleras y de la alimentación.