El mundo reclama que se vayan todos
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Las decenas de millones de personas que se movilizaron en todo el mundo el sábado pasado plantearon, de hecho, algo más que el freno de la guerra contra Irak.
En realidad, pusieron de manifiesto su antagonismo irreconciliable con los Bush, los Blair, los Aznar y los Berlusconi. La tendencia a la guerra imperialista ha planteado una crisis política internacional y la perspectiva de la caída de varios gobiernos imperialistas.
No se salvan de esto ni el alemán Schroeder ni el francés Chirac, toda vez que no hay salidas particulares para tal o cual gobierno o régimen en el marco de una acentuada crisis mundial.
Todo esto demuestra hasta qué punto nuestra experiencia en la Argentina tiene un contenido universal. Empezando, probablemente, por “fuera Aznar”, “fuera Blair” y “fuera Berlusconi”, concluirá planteando “fuera Bush” y “fuera Chirac” en un plazo no muy largo de tiempo.
Es que aunque esta guerra tiene que ver con el petróleo y con la situación explosiva del Medio Oriente, mucho más tiene que ver con una crisis capitalista mundial que desafía todas las soluciones “económicas”. Los pulpos norteamericanos no paran de quebrar; la economía europea enfila hacia la depresión; y Asia enfrenta una inminente crisis financiera como consecuencia del imparable derrumbe de Japón.
La rebelión popular en Bolivia y la declaración oficial de bancarrota por parte de Uruguay son expresiones irrefutables del avance de las perspectivas revolucionarias.
Esta conclusión es la esencial y debe ser expuesta en toda su dimensión en relación a todas las luchas del pueblo y en la inminente campaña electoral.