Políticas

29/11/2022

El negocio internacional del gas y Vaca Muerta, de la posibilidad a la realidad

Lejos de un acceso al mercado mundial.

Buques de GNL.

Los certificados recursos de hidrocarburos de la formación Vaca Muerta la colocan como la segunda reserva de gas no convencional a nivel mundial. A pesar de que su explotación lleva ya una década, el límite para su desarrollo, impuesto por la “huelga de inversiones” de las petroleras que la explotan, la está dejando fuera de oportunidad de acceso al mercado mundial de gas y de GNL en particular.

Con lo cual, la segunda reserva gasífera mundial no convencional quedará reducida, en el mejor de los casos, a sustituir importaciones y exportar volúmenes menores, siempre y cuando supere los “cuellos de botella” de su infraestructura y del nivel de inversiones reales.

Grandes negocios energéticos

Potenciado por las consecuencias de la guerra en Ucrania y los bloqueos al abastecimiento europeo de gas por parte de Rusia, a pesar del encarecimiento en flecha de los precios del BTU y de la electricidad, la demanda de gas en Europa y China se ha incrementado, al igual que en India.

En este contexto, esos grandes consumidores están cerrando contratos de abastecimiento a largo plazo, especialmente de GNL. Días pasados, China cerró unos de esos contratos con Qatar por 27 años.
Por su parte, Mozambique ha iniciado el abastecimiento de GNL a Europa desde su yacimiento off shore en el océano Indico, frente a la isla de Madagascar.

La competencia internacional y el negocio de oportunidad por el precio del gas generó hace días que decenas de barcos tuvieran que esperar para descargar GNL en España, ante el abarrotamiento de los depósitos.
Es que están llegando a Europa cargamento de países que antes no abastecían al viejo continente como Australia, Indonesia, entre otros.

Y aunque Japón, que es el principal consumidor de GNL, a través de su ministerio de Comercio anuncie que hasta el 2026 los contratos a largo plazo de abastecimiento de GNL están “agotados”, es prácticamente imposible que desde Vaca Muerta se pueda aprovechar ese corto lapso de tiempo por los tiempos que demorarían y los montos de inversión de las obras necesarias, y luego la posibilidad de obtener los contratos.

Con unos 700 barcos metaneros en acción y una capacidad adicional de licuefacción (plantas próximas a terminarse) que supera los 30 millones de toneladas para el 2024, las posibilidades de colocar a Vaca Muerta como abastecedor de los grandes centros de consumo por grandes volúmenes y contratos a largo plazo, son escasísimas.

Un lobbista de las petroleras se sincera

El exsecretario de Energía de la Nación, Emilio Apud, dijo respecto a la realidad de Vaca Muerta: “Yo veo que están en una zona de confort, tratando de hacer el mínimo esfuerzo inversor… Hubo momentos en los que la producción alcanzó estos niveles hace 25 años, pero no en shale sino en convencional. Creo que nos estamos conformando con cubrir el declino de los pozos convencionales”. Y aunque los fundamentos que esgrime tratan de desviar la atención de la huelga de inversiones capitalistas, lo que afirma no deja de ser una realidad.

Los “cuellos de botella” (falta de obras e inversiones reales) retratan a una burguesía nacional incapaz de un desarrollo productivo a gran escala, siendo socia menor del saqueo que perpetran grandes multinacionales y dedicada a garantizarse las condiciones para sus propia fuga de capitales. Estas son la compañías que insisten en el ataque a las conquistas obreras para maximizar ganancias.

Más que nunca, se expresa la justeza de levantar un programa de expropiación sin pago de la industria energética, para proceder a su nacionalización bajo control obrero y terminar con el parasitismo capitalista.