A los voceros oficialistas les gusta afirmar que Pedraza y el gobierno “están enfrentados”. No quieren ver el pacto que los une en torno de los negocios ferroviarios. La trama del crimen de Mariano puso de relieve esa alianza entre la patota criminal, el concesionario que facilitó su reclutamiento y la Secretaría de Transporte, que alimenta con subsidios a unos y otros. Pero ese pacto sigue en pie: al frente de la Subsecretaría de Transporte continúa Antonio Luna, hombre de la burocracia sindical ferroviaria; los privatizadores Roggio, Cirigliano y Romero continúan al frente del ferrocarril; la dictadura de los Pedraza y Maturano -e incluso sus tercerizadas truchas- no se han disuelto. A la lucha por el juicio y castigo a los asesinos de Mariano y todas las reivindicaciones de los tercerizados, unimos el reclamo por la expulsión de los privatizadores y la burocracia del ferrocarril, y por su renacionalización bajo gestión de representantes obreros electos.