El Pami es puro show
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Con el envío al Congreso de un proyecto de ley que amplía las causales para intervenir el Pami, el conflicto en torno de la principal obra social se convirtió en puro gatopartidismo.
Porque mientras el show mediático sigue – ahora con el Congreso como escenario – , está en marcha una negociación con la burocracia de la Cgt para apartar a los dos directores barrionuevistas (Hermoso y Petrecca) por otros dos vinculados a Cavalieri y Daer. Una vez consumada esta operación, no se volverá a hablar del Pami por un tiempo, hasta que salte un nuevo negociado o se produzca un nuevo colapso en la atención médica.
Según el oficialista Página/12 (15/6), “Ginés (por el ministro de Salud) ya había acordado con Daer la salida de Hermoso y Petrecca del Pami… pero al Presidente le gusta hacer anuncios”. Página/12 agrega que “la supuesta batalla con los dos acreditados de la Cgt estaba resuelta y zanjada de antemano”, para concluir que “la remoción de los directores del Pami no es la solución a esa verdadera caja negra (por negra y por ‘caja’) en la que Barrionuevo es la punta más ostentosa de un iceberg bastante más consistente, que abarca acuerdos muy duros de desmadejar entre prestadores, funcionarios y cámaras empresarias”.
A esos negociados de la burocracia con las patronales de clínicas y sanatorios, se agrega algo que nadie dice – y menos el kirchnerismo – , y es que, junto a Barrionuevo, el “Coti” Nosiglia y la red de laboratorios, clínicas y sanatorios, el Pami fue fundido por la política capitalista de Menem, la Alianza y Duhalde y los acuerdos con el Banco Mundial. Como resultado, el presupuesto del Pami es un 40% inferior, en términos reales, al que manejaba en 1994 y tiene, además, una deuda de 2.000 millones de pesos con los prestadores médicos, clínicas, sanatorios y el propio Banco Mundial. Este descalabro financiero se produjo debido a la reducción de los aportes patronales y a la baja de los sueldos y las jubilaciones que financian al Pami. De esta manera, la crisis de la obra social se fue “resolviendo” achicando las prestaciones sociales y médicas a los jubilados y con el congelamiento de los sueldos de los empleados.
De todo esto el kirchnerismo no dice ni una palabra, y así como la Alianza pretendió desviar todo arremetiendo contra Alderete, Kirchner quiere desviar todo pegándole al “más fácil”, hoy encarnado en la figura de Barrionuevo.
Pero Alderete o Barrionuevo, como el Coti Nosiglia, son un aspecto secundario de la crisis del Pami.
El plan de gobierno de Kirchner para el Pami se limita a decir que “se reducirá el déficit operativo utilizando los recursos en beneficio directo de los afiliados…”, lo que significa un claro continuismo con la política menemista, aliancista y duhaldista. El único cambio es que Kirchner quiere colocar sus propios “ñoquis” en lugar de los de Barrionuevo.