Políticas

3/6/2024

El pañuelo de las Madres no se mancha: recuerdos de Norita

Algunos momentos que contribuyen a describir su combativa personalidad política.

Los años la hicieron cada vez más radical

En casi 50 años de lucha a partir de la desaparición de su hijo Gustavo a manos de la dictadura, la trayectoria de Nora Cortiñas es inabarcable. Ante su pérdida muchos han escrito sobre su historia ligada a todas las luchas populares, incluso a la batalla que libró en el interior del propio movimiento de los derechos humanos del que fue una de las grandes figuras. Sólo quiero aquí recordar algunos momentos que me tocó compartir, contribuyendo desde ellos a definir la combativa personalidad política de Norita.

Apenas asumida la primera representación parlamentaria del FIT el 10 de diciembre de 2013 en la Cámara de Diputados, nuestra primera iniciativa fue una audiencia pública para reclamar la destitución de César Milani como Comandante en Jefe del Ejército, designado por Cristina Kirchner en julio de ese año. Desde luego, apoyando un proyecto de interpelación al Ministro del área en función de las denuncias presentadas por Graciela Ledo y su madre por la desaparición del soldado Alberto Ledo a cargo de Milani en el Operativo Independencia. También por las torturas y desaparición de Pedro y Guillermo Olivera.

No era una patriada fácil, Milani no sólo fue nombrado por Cristina sino que la propia Hebe de Bonafini lo respaldó como un militar de la democracia, nacional y popular. Pues bien, en esa audiencia del entonces flamante diputado del Partido Obrero en el Frente de Izquierda que suscribe estas líneas, con el apoyo del bloque por supuesto, compuesto en aquel momento por Pablo López y Nicolás Del Caño, estuvieron Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel. La lucha política, muy extendida en el período sobre este tema, nos llevó a una segunda audiencia. En ella participa Verónica Matta, una desaparecida y víctima de tortura que reconoció a Milani como el verdugo que dirigía las operaciones contra ella en el centro de detención clandestino y que se animó a hablar por primera vez en esa instancia. A partir de esa audiencia y ayudada por Graciela Ledo, Verónica hace su denuncia y se incorpora a la causa. Nora también estuvo allí, no le sacó el cuerpo a esa lucha hasta que Milani fue separado del cargo en 2015 y siguió apoyando la causa durante todo el (escandaloso) proceso que terminó en su absolución por parte de un tribunal cómplice de la Justicia, aunque estuvo preso dos años desde 2017.

Nora en ese compromiso en la pelea por la destitución y juicio y castigo de Milani, mostró el alcance de su lucha política desafiando la cooptación kirchnerista de las organizaciones de DDHH. En una etapa avanzada de su vida definía una posición profunda en favor de la autonomía de las organizaciones de DDHH aunque tuviera que apoyar una causa de lesa humanidad contra todo el aparato del poder “progresista” de la época.

Pero quiero rescatar otro momento emblemático de Norita en este mismo derrotero. En el año 2014 llega al recinto de Diputados, de la forma clásica que llegan cierto tipo de leyes, la noche anterior a la sesión, un proyecto para declarar “emblema nacional” al pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo. Nuestra bancada no lo vota. Fundamentamos que el pañuelo de las Madres no podía ser manchado con una “institucionalización” por el mismo parlamento y por las mismas fuerzas políticas que habían votado las leyes del punto final. La lucha de las Madres no debía, no debe ser estatizada por el mismo régimen que prolongó a tantos representantes de la dictadura en sus pliegues, de la represión a tantos luchadores populares en estos 40 años de democracia, del gatillo fácil, de los responsables de la ley antiterrorista, de los responsables y encubridores del crimen de Mariano, de Maxi y Darío y de tantas compañeras y compañeros, del Proyecto X, incluso por los mismos que no hacía mucho sostuvieron a Milani y lo reivindican al día de hoy.

Por la premura para fijar posición, no pudimos discutir la postura con las organizaciones de DDHH, la tomamos por convicción, dispuestos a enfrentar la polémica que pudiera desatarse.

Nora Cortiñas felicitó nuestra postura, manifestando públicamente su acuerdo con la votación y la denuncia política que hicimos en la sesión. Su autoridad tan bien ganada, junto a Elia Espen, a Mirta Baravalle, despejó toda polémica en la izquierda. Norita mostró en estos breves capítulos de su lucha extraordinaria la madera de la que estaba constituida. Y un rasgo muy raro en las personas: los años la hicieron cada vez más radical y no menos.

Hasta la victoria, Norita.

¿Quién fue Norita Cortiñas?
Gracias por la lucha incansable y por marcar el camino. –
prensaobrera.com