A la luz del rumbo que han tomado los acontecimientos en la lucha emprendida por los estudiantes terciarios y secundarios, para que no les quiten el boleto estudiantil, el PO considera imprescindible denunciar ante la opinión pública:

Que la ofensiva del estado municipal contra los estudiantes sólo se explica por la necesidad imperiosa de disolver sus movilizaciones, ya que éstas se han convertido en un freno a la implementación de un aumento encubierto del boleto para toda la ciudadanía.

El anuncio público del concejal D. Sosa (titular de la comisión de transporte), publicado por La Capital el día 13/7, va en este sentido, ya que presenta el quite de los pases  a los estudiantes terciarios, secundarios, docentes, empleados municipales, alumnos primarios y discapacitados, como condición para “operar una posible rebaja” en el costo del boleto que lo llevaría a 60 centavos, o sea el precio de octubre pero sin pases.

Estamos asistiendo a una gigantesca estafa a la buena fe de la población, que aún no ha percibido que con el cuento de la “racionalización”, lo que se busca es operar un aumento que recae directamente sobre la familia trabajadora marplatense y que constituye un ataque a la educación pública.

El verdadero costo del boleto se encuentra bien oculto tras la gestión de la actual comisión de transporte, pero estudios comparativos de origen independiente, sitúan su precio en el orden de los 40 centavos. La conclusión es, entonces, demoledora: quien encarece la tarifa no son los estudiantes, sino la comisión de transporte, que lejos de representar los intereses del usuario, maniobra descaradamente contra la población que abona sus dietas.

Tanta maniobra política define al Sr. Sosa como un operador político al servicio de la C.E.T.U.P. y lo ubica claramente como responsable de las (por lo menos) diez marchas realizadas por el estudiantado.

¿Alguien puede dudar de la legitimidad del reclamo de los estudiantes?  Sin embargo, el conjunto de los concejales marplatenses mira para otro lado, desoyendo sus justos pedidos y provocando su bronca.

Y hablando de provocaciones, el edil Alvarez se lleva las palmas, ya que, en la última movilización, al verse superado y desenmascarado por la intransigencia en el reclamo de que se garantice la continuidad del pase estudiantil, su única salida para no hacerlo fue amenazar a los gritos con “meterlos a todos presos”, excediendo por mucho las atribuciones que le competen como concejal.

Como podemos ver, los instigadores y verdaderos responsables de los hechos de violencia en el municipio, no serán encontrados entre el estudiantado.

Llamamos a todos los marplatenses, a la ciudadanía democrática y al periodismo independiente a repudiar la campaña intimidatoria y a exigir el cese de la persecución judicial, que busca colocar bajo sospecha a los estudiantes que sólo defienden sus derechos.

Exijamos sí el acceso a los libros contables de las empresas de transportes.

Exijamos la investigación de la evolución patrimonial de los señores concejales y el origen de los aportes a sus campañas electorales. Su actuación consecuente en defensa de los empresarios de la C.E.T.U.P. así lo amerita.