Políticas

26/2/1988|215

El Pentágono mueve los hilos del "ejército de la democracia"

Cuando los funcionarios norteamericanos de alta patente establecen un puente aéreo con algún país la señal no deja dudas: el régimen político en cuestión ingresa en terapia intensiva. Así le pasó a Marcos en Filipinas, a Duvalier en Haití, a Galtieri con el recordado Haig. Esto ocurrió en los últimos quince días con R. Gelbard, subsecretario del Departamento de Estado de EE UU. ¿Por qué?

Tan solo 5 días después de haber dejado Argentina, Robert Gelbard, el subsecretario para asuntos interamericanos del Departamento de Estado norteamericano, estaba de vuelta en Buenos Aires.

¿Nostalgia? Claro que no. Algunos comentaristas políticos atribuyen este súbito regreso a la decisión británica de iniciar ejercicios militares en las Islas Malvinas, otros a las negociaciones con la cancillería argentina en torno al voto sobre Cuba en la UN y hasta hubo quienes especularon con una espectacular negociación sobre la deuda externa.

Pero para “La Nación” (18/2), la “mayor preocupación inmediata” del gobierno Reagan es “la traumática evolución del acontecer interno del Ejército”.

La crisis militar

El semanario El Periodista (19/2) dice que los agregados militares norteamericanos están Jugando un “papel, clave” en las depuraciones que Caridi está realizando dentro del Ejército. El Pentágono estaría suministrando la “inteligencia” (espionaje) que el Estado Mayor no tiene para proceder a las bajas y retiros de jefes y oficiales del Ejército. El tema habría sido abundantemente tratado por Gelbard con Alfonsín: el subsecretario yanqui le habría dicho al “presidente de los argentinos” que debía confiar “sin temor alguno” en Caridi.

La derrota de Rico, en lugar de atenuar, amplificó la crisis en las FF.AA. Según La Nación (14/2), el medio centenar de militares bajo la lupa de la justicia militar seria apenas el que dio la cara en enero, pero en los casinos de oficiales las divergencias serian moneda corriente. “Lo que es imposible es determinar cuántos están dispuestos a pasar de la teoría a la acción”, coloca en boca de un informante militar el comentarista de La Nación. Este juicio coincide con el que hizo el general Auel después que Caridi lo pasara a retiro.

Algunos comentaristas creen que Caridi está dando “golpes de ciego” y que su aparente fortaleza se debe mas bien al desbande de los riquistas que a un control efectivo sobre el Ejército. Por este motivo, se interpreta el apoyo del Departamento de Estado y del Pentágono a Caridi como un recurso forzado pues “al presidente y su ministro Jaunarena no les queda otra alternativa que sostener al Jefe del Estado Mayor del Ejército”, porque “la fuerza militar está quebrada” y la indisciplina sigue siendo muy fuerte (La Nación, 14/2).

El des-embargo y Malvinas

La novedad que Gelbard le trajo presuroso a Alfonsín es la inminente decisión de Washington de levantar el embargo sobre la venta de armas y equipos militares dispuesto por EE.UU. en oportunidad de la guerra de Malvinas. Con el trofeo de un “reequipamiento militar”, el imperialismo y el gobierno argentino entienden que podrían satisfacer uno de los “reclamos de las FF.AA.” y atenuar así uno de los conflictos del Ejército con el gobierno. Para EE.UU., el levantamiento del embargo tiene el alcance estratégico más vasto de reintegrar a Argentina al dispositivo militar continental del imperialismo mundial. También se le da a Caridi un margen de maniobra para “restablecer la cadena de mandos”.

Que la decisión de levantar el embargo fuera traída por Gelbard después de conocerse la información de las maniobras militares británicas en Malvinas demuestra que EE.ÜU. desestima una crisis argentina con Inglaterra. Al revés, las maniobras sirven para acentuarla injerencia del Pentágono dentro de las FF.AA. argentinas. Así lo entiende precisamente “La Nación” (18/2) para quien las maniobras inglesas son “contrapunto indispensable” de política norteamericana.

Acuerdo radical-peronista

El subsecretario yanqui también reunió con Cafiero. Luego de esto produjo la interpelación parlamentaria a Jaunarena y Nosiglia donde el peronismo dio garantías de “que no habría desbordes” (La Nación, 19/2). Como sostuvo El Cronista (19/2), “después de mutuos amagos, prosperó la negociación encarada por el titular de la bancada justicialista, José Luis Manzano, y su par radical, Cesar Jaroslavsky”.

Conclusiones

La crisis del Ejército ha dado lugar a una injerencia del Pentágono que no tiene antecedentes desde el golpe de 1976. Este es otro aspecto, el más vital, que demuestra que el régimen democrático ha acentuado la condición semicolonial del país.

Pero todo esto acentuará el carácter revolucionario e internacional de la crisis argentina.