Políticas

5/2/2019

El peronismo “alternativo” y la cuadratura del círculo

Lo que se suponía iba a ser el relanzamiento del “peronismo alternativo” concluyó en una puesta en escena de las contradicciones y realineamientos que atraviesan al pejotismo no K.


La ausencia de un planteamiento político y programático homogéneo fue manifiesta. Los “alternativos” no hicieron mención a la crisis nacional, a los tarifazos, al derrumbe del salario y del empleo ni a ninguna cuestión candente. En su lugar, abrevaron en generalidades y exhortaciones propias del manual de los carreristas políticos. Era una conducta previsible. En definitiva, Pichetto y Massa fueron los grandes articuladores, en el Congreso Nacional y en la Legislatura bonaerense, de los acuerdos con el gobierno que hicieron posible la sanción de un centenar de leyes fundamentales para sellar el rumbo económico actual, desde el pacto con los fondos buitre hasta el manotazo de la ´reforma previsional´, pasando por la estafa de la ´reparación histórica´ y la perpetuación del impuesto al salario. La ´pata progresista´ de este rejunte pejotista dijo presente a través de Humberto Tumini, de Libres del Sur, y de la adhesión de Margarita Stolbizer.


El elenco que se mostró en la playa marplatense exhibió además ausencias notorias. Aduciendo distintas razones para justificar el faltazo, el salteño Urtubey y el ex ministro Lavagna enviaron sus adhesiones a través de videos. En el caso de Lavagna, que se suponía una figura estelar, su mensaje duró dos minutos. Llamó a formar un “gobierno de unidad nacional”, una tentativa de preservación del régimen en el marco del derrumbe industrial y de la crisis mundial, las cuales a su vez socaban las bases para un acuerdo de esas características.


En el caso del gobernador tucumano, Juan Manzur, fundador del grupo, prácticamente selló su salida de éste mediante un comunicado en el que exhortó a reunir un “frente opositor” detrás de la candidatura de Cristina Fernández. “Los que no quieren la unidad trabajan para Macri”, apostrofó a sus ex aliados. El pasado 17 de octubre, el tucumano había reunido en un acto a una porción significativa del pejotismo, incluida una delegación del kirchnerismo.


La posibilidad de una interna o acuerdo con los K recorrió todo el acto. Sergio Massa abandonó la “avenida del medio” para instar a “construir una nueva mayoría” de la mano de “un gran acuerdo por Argentina”. Sin mencionarla, aludía a CFK. Entrevistado luego por Jorge Lanata, mantuvo la misma tesitura. Su operador, Alberto Fernández, viene “trabajando” un entendimiento con Cristina, para la cual reservaría, si no la candidatura presidencial, un rol de “gran electora”. En ese caso, la prenda de cambio sería su impunidad en las numerosas causas por corrupción que la asolan .


La postal marplatense mostró a un conjunto de candidatos sin posibilidades, exhibiendo planteos divergentes.  El acto de Acuerdo Federal es otro esfuerzo (de inciertos resultados) por superar la fragmentación de las formaciones políticas y hasta del propio proceso electoral –como se expresa en el desdoblamiento hasta ahora de diez elecciones provinciales, incluida Mendoza, y posiblemente también Jujuy, gobernadas por aliados de Cambiemos.


La izquierda revolucionaria debe oponer a estos rejuntes de carreristas su propia fisonomía y programa, señalando una alternativa de poder de los que viven de su trabajo y cargan sobre sus espaldas las consecuencias de la crisis capitalista.