El acto del 1º de Mayo convocado por la CGT de San Lorenzo contó con unos 2.500 asistentes. Se trató de una actividad nacional organizada a través de las corrientes sindicales de los partidos sostenedores de la Alianza Sur (Ptp, PC). Ubaldini, del MTA, finalmente no asistió, y Cayo Ayala, dirigente nacional del CTA, fue reemplazado por Paulón, de la UOM de Villa. Además, hablaron el franjista y dirigente de la FUR, representantes de los organismos de derechos humanos y dirigentes del Frente Gremial de Ushuaia.

La mayoría de estas intervenciones tuvieron un tinte combativo, de homenaje a los obreros caídos en la lucha, de reivindicación de Víctor Choque y sobre la necesidad de la lucha.

Los dirigentes de la CGT-San Lorenzo realizaron una denuncia de la destrucción del aparato productivo y plantearon la consigna de las 6 horas de trabajo frente a la desocupación; sin embargo, no la vincularon a ningún planteo concreto para imponerla.

Lo que definió, con todo, el contenido del acto, fue la intervención central del mítico “Perro” Santillán, por lejos el orador que más aplausos cosechó. Es más, daba la impresión de que muchos compañeros habían concurrido al acto casi exclusivamente a ver y oír al dirigente jujeño.

Pero, lejos de plantear una salida a la crisis desde el punto de vista de los intereses de los explotados, el “Perro” convocó a los trabajadores a ganar las calles para …“festejar el 14 de mayo la derrota de Menem-Cavallo”; es más, reafirmó “hagamos un 14 de mayo combativo, derrotándolo al gobierno en su propio terreno”.

De esta manera, el “Perro” (dirigente nacional de la Corriente Sindical Combativa) “saltó la etapa de la táctica” solanista de votar a Bordón recién en la segunda vuelta y llamó directamente a votarlo, sin nombrarlo, en la primera.

Esta posición bordonista explica por qué el acto de la CGT-San Lorenzo careció de todo planteo concreto de lucha. El único curso práctico que se les propuso a los trabajadores fue “derrotar al modelo, el 14 de mayo”.

Aparece, con toda claridad, la acertada posición del Partido Obrero, que intervino en el acto con una columna. Las consignas del PO expresaron la necesidad de no esperar a mayo, y a organizar un paro activo nacional y un plan de lucha. La intervención del Partido Obrero también alertó al activismo sobre el contenido probordonista del acto. Distribuimos masivamente un volante que, con el título: “Fuera Menem-Cavallo y sus cómplices, por una nueva dirección sindical”, sostenía:

“… A nadie se le escapa, sin embargo, que las direcciones del MTA y del CTA plantean subordinar las necesidades de lucha directa de los trabajadores a la lucha electoral. Por eso su acción no pasa de jornadas o paros aislados, cuando lo que se necesita es organizar un paro activo nacional y un congreso de delegados de base para impulsar un plan de lucha de conjunto.

“A nadie se le escapa, tampoco, que las direcciones del MTA, CTA (también un sector de la burocracia de la UOM) y la llamada Corriente Sindical Clasista (CSC) están jugadas a la candidatura de Bordón, el hombre que ha enviado una carta personal de adhesión al FMI y acaba de pronunciarse por el mantenimiento del indulto, el punto final y la obediencia debida.

“Esto significa que la CSC adhiere a la política de descargar el derrumbe del cavallismo sobre las espaldas del pueblo.

“El Partido Obrero denuncia que esta política no se propone golpear al aparato estatal para arrancar las reivindicaciones de los trabajadores, como en Tierra del Fuego o Jujuy, sino llevar la lucha a una vía muerta. Disciplinar a la clase obrera detrás de nuevos verdugos —ésta es la función de los Bordón— frente al derrumbe de los viejos.

“La disyuntiva es: o independencia de clase o nuevos retrocesos a manos de las patronales opositoras”.

Por esto, fue un error conceptual del presentador del acto cuando anunció que allí se realizaba el único acto obrero del país. En realidad, se trató de un acto con trabajadores y jóvenes que los organizadores subordinaron a la candidatura capitalista de Bordón.