Políticas

4/7/1995|454

El plan del Banco Mundial contra la salud

1) El gran capital extranjero y nativo se han fijado como un obje­tivo prioritario la privatización completa de la salud. Menem y Cavallo la han colocado en la agen­da del gobierno. Esta privatización significa un encarecimiento sin precedentes de la salud y un sucu­lento negocio, de laboratorios, sa­natorios y clínicas. En función de este gran negocio se han instalado en Ar­gentina varios pulpos privados, como Exxel, Intersalud, etc.


“Desregulación” y “saneamiento”


2) El gobierno lanzó un llama­do plan de desregulación y sanea­miento de las obras sociales, que fue diseñado por el Banco Mundial y tiene su apoyo financiero. Esto delata la filiación pro-imperialista y antiobrera del plan. Su clave es cambiar la actual cobertura univer­sal de la salud, sin períodos de ca­rencia e igual para todos los traba­jadores y sus familias, al margen del sueldo, por el llamado PMO— plan módico obligatorio—, que consiste en una prestación mínima o básica por el equivalente del apor­te medio que hoy reciben las obras sociales y que es inferior a 20 pesos por mes. A partir de esa cobertura mínima, toda obra social o empresa médica podrá brindar servicios y prestaciones adicionales contra el pago de aportes extras por parte del trabajador. Se instaurarán automá­ticamente, de este modo, prestacio­nes diferenciadas en función del sueldo. Habrá planes básicos, de primera, de segunda, etc., de acuer­do a tarifas o cuotas mensuales que estarán en función del sueldo del trabajador, del número de integran­tes familiares, de sus edades, del riesgo médico, etcétera.


Al igual que en el caso de la jubilación privada, establece dife­rencias entre el hombre y la mujer, y el soltero y el casado. La mujer traba­jadora deberá pagar un plan más caro (por el “peligro” del embarazo) así como pagará más caro el trabajador con hijos que el soltero. Además, como ciertas tareas tienen mayor riesgo médico que otras, habrá un encarecimiento de los planes por tra­bajos peligrosos, etc.


Se pasa de la cobertura univer­sal a una cobertura parcial, mínima, atomizada.


3) Para llevar adelante este ata­que sin precedentes contra la salud, se argumenta que el trabajador po­drá elegir de aquí en más su obra social. Se pretende que los trabaja­dores abandonen las obras sociales que no puedan ofrecer una cobertu­ra completa, para llevarlas a la quiebra, de tal manera de producir una concentración del sistema. En consecuencia, el llamado saneamiento no es otra cosa que una pérdida de cobertura médica y una concentración de obras sociales.


La burocracia sindical, que hace rato ha introducido la arancelización de las obras sociales, a tra­vés del pago de extras a los médi­cos, laboratorios o clínicas y que ha hecho fusiones entre sí con vistas a facilitar la concentración de las obras sociales, apoya la llamada desregulación. í anmira apoya el PMO o cobertura mínima, para “sanear’ sus obras sociales. De allí que haya dado su acuerdo para que se reemplace la cobertura uni­versal por planes de salud específi­cos, con cuotas diferenciadas.


Todo para los pulpos


4) El conflicto entre la burocracia de los sindicatos y el Banco Mun­dial comienza con la exigencia de éste de que el actual aporte de salud ( 3% el trabajador, 4,5% promedio las patronales) no vaya obligatoria­mente a alguna obra social, sino que también las empresas de medicina privada puedan captar los aportes obligatorios. Hasta ahora, los pulpos médicos actuaban entrelazados con la burocracia sindical a través de los contratos de atención médica. Sobre esa base, se construyeron grandes pulpos y sanatorios. Para el capital mundial y la burguesía nativa, sin embargo, esta fase está terminada y se debe permitir que los pulpos fi­nancieros y médicos manejen direc­tamente los fondos obligatorios de salud.


“Autogestión”


5) Este plan se complementa con la destrucción en marcha de los hospitales públicos por medio de la “autogestión” y la descentraliza­ción, es decir, de la arancelización de la atención médica, cuyo carác­ter gratuito queda reservado exclu­sivamente para quien presente un “certificado de pobreza”. Esto sig­nifica:


a) Ningún trabajador podrá sus­traerse a la arancelarización de los hospitales. Habrá una diferencia­ción entre los hospitales; los ubica­dos en “zonas pobres” tendrán un financiamiento menor;


b) La privatización de ciertas áreas de los hospitales públicos a través de contratos con la medicina privada, lo que significará la divi­sión del propio hospital en función de la solvencia del cliente; un deterioro del hospital pú­blico, que deja de recibir los fondos del Presupuesto Nacional o Provin­cial. Este deterioro es clave para que los trabajadores se vean obliga­dos a realizar pagos extras a la medicina privada por encima del aporte obligatorio. La base de la medicina privada es la destrucción del hospital público.


La Bolsa o la salud


6) La centralización de los aportes obligatorios en pulpos fi­nancieros-médicos, la menor co­bertura médica y la apertura de planes de salud diferenciados con pagos adicionales, tiene entre sus objetivos generar una masa de fondos para la Bolsa y para la coloca­ción de títulos públicos. Hasta aho­ra, a pesar del enorme despilfarro de la burocracia y de sus contratos leoninos y coimeros con los pulpos médicos, los trabajadores tenían una cobertura universal. Los fabu­losos aportes adicionales que el plan de salud pretende arrancar, van más allá del financiamiento del sistema y apuntan, en realidad, a aumentar extraordinariamente la masa de fondos que podrá ser nego­ciada e incrementada en la Bolsa. Por eso, pretenden entrar en este negocio las AFJP, las compañías de seguros y los bancos, así como otros grupos económicos ajenos por completo a la salud. Exxel Group, que compró varias pre-pa- gas, es un grupo financiero: la pri­vatización de la salud le permitirá revalorizar a las empresas que com­pre y luego venderlas con una enor­me diferencia a favor. Para los grupos económicos, compañías de seguros y bancos, la privatización de la salud es otra “vía” para “crear un mercado de capitales”, es de­cir, aumentar la especulación con la deuda pública, con la propiedad del suelo urbano y con la fusión y concentración de capitales.


La sanción de la ley de patentes es un aspecto del negociado de la privatización de la salud.


Programa


7) Ante este plan de destrucción espectacular de la salud de la población, este plenario vota un programa y llama a los trabajadores, activistas y delegados a una amplia campaña para derrotar el plan antiobrero de Menem y el Banco Mundial:


a) Abajo la privatización de la salud. Abajo la desregulación de obras sociales. Derogación de los decretos de autogestión y descen­tralización de los hospitales públi­cos. Defensa del hospital público y de las obras sociales, bajo contri de los trabajadores.


b) Defensa de la cobertura médica universal, integral y solidaria. Poner fin a los “plus” y extras. Abajo el PMO o todo tipo de cobertura dife­renciada en función de obras socia­les, sueldos o núcleo familiar.


c) Por un plan de salud único, esta­tal, gratuito, financiado con aportes exclusivos de las patronales y bajo control obrero.


d) Expropiación sin pago de todos los recursos de salud en manos de pulpos privados, como laboratorios, sanatorios, medicina privada, etc.