El "plan" en coma: Crece la emisión monetaria encubierta
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Al mismo tiempo que continúa “bicicleteando" el miserable aumento de 300.000 australes para los tres millones de jubilados con el argumento de que “ya no se puede emitir como antes", el ministro Cavallo se ha lanzado a una verdadera “orgía emisionista” con el único objeto de salvar a un puñado de banqueros en dificultades. Tal es la implacable lógica de este régimen político clasista que se llama democracia.
En la primera quincena del mes, según informan los medios “especializados", la emisión de moneda por el BCRA aumentó en 600 millones de dólares, lo que equivale al 11% de toda la circulación monetaria. Esto significa que bajo el imperio de la “ley antiemisión”, la emisión es diez veces superior a la carestía mensual. Esta monumental “inyección” de dinero es una causa adicional de la inflación.
Para llevar adelante esta emisión, el ministro viola su propia ley de convertibilidad, que prohíbe la emisión de australes sin el ingreso de su contrapartida en divisas. La ley a esta altura no es más que un espantajo para los reclamos populares.
En efecto, sólo en la primera quincena del mes el BCRA emitió 700.000 millones de dólares mediante “redescuentos”, (préstamos a los bancos a cortísimo plazo) que son, en realidad, “una emisión sin respaldo alguno” (Clarín, 16/7). En el mismo período, el BCRA otorgó préstamos al sistema financiero por 1,6 billones de australes “contra garantía de Bonex”, es decir que también carecen de respaldo por la sencilla razón de que esos Bonex han sido emitidos igualmente por el Estado por carencia de recursos propios. La prensa patronal barrunta que todo este festín inflacionario se hace con el objeto de “evitar la venta de dólares (al Banco Central) que significaría emisión” (Ámbito Financiero, 18/7). Pero la razón es muy otra: el BCRA no puede desprenderse de sus reservas exactamente en el momento en que su presidente Roque
Fernández ha viajado a EE.UU. a negociar con la banca acreedora el pago de los intereses atrasados de la deuda externa, el cual se hará, como en Brasil, precisamente con la entrega de esas reservas.
Todo este mecanismo emisionista e inflacionario cuya única función es salvar a los bancos (¡lo que explica que el “anti-emisionista” Alsogaray arrugue el hocico!) ha desquiciado la “convertibilidad". Según informa Ámbito Financiero (9/7), las reservas en oro y divisas equivalen a 4.500 millones de dólares contra una circulación monetaria de 6.000 millones. La “diferencia" (equivalente al 25% de toda la base monetaria) está "cubierta" contablemente con Bonex, es decir con deuda del estado, una proporción que irá subiendo como consecuencia de la emisión encubierta. Pero aún este balance es “trucho” ya que para “cerrar” junio Cavallo contabilizó ingresos por adelantado por 146 millones de dólares, difirió pagos por otros 180 y redujo el pasivo del BCRA en 300 con el simple expediente de diferir el pago de jubilaciones y sueldos a los estatales (Ámbito Financiero, 18/ 7). ¡La “convertibilidad” está “inflada" nada menos que en 600 millones de dólares! Pero para superar esta “¡liquidez”? la “crisis de beneficios" Roberto Alemán sigue proponiendo que las reservas que deben guardar los bancos en australes sean reemplazadas por títulos, lo que permitirá a los bancos cobrar un interés sobre su dinero inmovilizado.
Que el “plan Cavallo" está en ruinas lo prueba la discusión entablada en la burguesía para salir de él. La emisión clandestina (que la propia ley autoriza, algo que denunciamos oportunamente en PO), el boicot impositivo de la burguesía nacional y la enorme presión imperialista lo han tornado inviable. Se vuelve a revelar una vez más la impotencia del estado burgués para superar por medio de su intervención las contradicciones y los enfrentamientos interburgueses que explotan como consecuencia del agravamiento de la crisis capitalista.