Políticas

22/8/2023

El “plan energético” de Milei son más tarifazos y naftazos contra el pueblo

Propone liberar las tarifas, más ventajas para exportar petróleo y equiparar el precio del gas en boca de pozo al internacional.

Las medidas de Milei son ruinosas para el bolsillo popular.

El plan energético de Javier Milei supone serios aumentos en la boleta de luz y gas y en las estaciones de servicio. Es decir, mientras promete bajar la inflación, acaba de presentar una serie de medidas que intentará poner en práctica en caso de llegar al gobierno, las cuales son a todas luces inflacionarias.

Por un lado, anunció que reducirá aún más los subsidios energéticos, compensando el recorte con mayores subas en la boleta de electricidad y gas que pagamos los usuarios. Se trata de un sendero que ya ha comenzado a transitar el oficialismo, en pos de arrimarse a la meta fiscal del FMI, y que el candidato de La Libertad Avanza planea profundizar. Eso significaría nuevos golpes al bolsillo popular, pero dejaría indemnes a las empresas que intervienen en los distintos eslabones de la cadena energética, las cuales se han embolsado las transferencias estatales recibidas durante más de dos décadas y lejos estuvieron de realizar las inversiones necesarias para mejorar el servicio. Milei reniega de los empresarios prebendarios, pero tiene en agenda premiar a sus expresiones más parasitarias. Los platos rotos de esa hoja de ruta los pagamos los trabajadores, con tarifas más caras y nuevos apagones masivos durante el verano, mientras salen ganando los Edesur.

A su vez, Milei sostuvo que si llega a ganar las elecciones llevará adelante “una privatización gradual de YPF dotándola de valor antes de la venta de las acciones del Estado nacional” (El Cronista, 28/8). En primer lugar, elevar las acciones de YPF previo a su venta implicaría dar lugar a fuertes incrementos en el combustible, lo cual echaría leña al fuego de la inflación. Por otro lado, presentar la privatización de YPF como sinónimo de eficiencia contrasta con lo ocurrido durante el menemismo: Repsol al frente de la petrolera no hizo más que vaciarla y endeudarla, a fin de solventar su expansión internacional. Ahora bien, como la mayoría estatal de YPF no se tradujo en una mejora para la población, sino que siguió funcionando bajo los mismos parámetros que una empresa privada (cotizando en bolsa, impulsando las subas en el surtidor, etc.), Milei se vale del fracaso del estatismo capitalista para sustentar sus falacias.

El candidato derechista añadió que eliminará el Plan Gas en 2028, liberando el precio del gas en boca de pozo. A partir de allí, cada generadora de electricidad deberá buscar su propio abastecimiento de gas sin que Cammesa oficie de intermediaria. Lo anterior, por un lado, conduciría que las petroleras eleven el precio del gas en boca de pozo (equiparándolo al precio internacional), encareciendo toda la cadena energética y presionando sobre las tarifas de gas y luz. Por otro, la idea de borrar a Cammesa como compradora de gas para todo el mercado eléctrico apunta a eliminar los subsidios estatales que recibe la compañía, lo cual también pondría al rojo vivo la cuestión de las tarifas.

El salto en el tipo de cambio que conlleva la dolarización que plantea Milei acentúa la explosividad de este escenario, ya que el precio del gas en boca de pozo (insumo base de toda la cadena) está atado al dólar. Ni el gobierno actual ni Milei conciben que el precio del mismo guarde relación con los costos de producción, puesto que priorizan los intereses de los pulpos petroleros. Así, ambos defienden un régimen energético inviable.

Dentro de las propuestas de Milei en materia energética, también figura la de eliminar las retenciones a las exportaciones de petróleo, incentivar los contratos de exportaciones de crudo a largo plazo y “fomentar en el mercado interno los contratos de mediano plazo entre productores y refinerías no integradas, neutralizando su derecho a bloquear las exportaciones” (Ídem). Es decir, el abastecimiento interno de petróleo dejaría de ser una prioridad. De esa manera, las petroleras buscarán replicar en el mercado interno los mismos beneficios que obtendrán exportando, con lo que procederán a venderle más caro a las refinerías, las cuales trasladarán ese aumento a los precios del combustible. Al igual que con las tarifas, el naftazo será aún más voraz en caso de megadevaluación.

Como vemos, Milei es el candidato que expresa de manera más cabal las aspiraciones de la clase capitalista, en este caso de las empresas hidrocarburíferas. No obstante, Massa también busca canalizar su agenda. Sin ir más lejos, luego de la disparada del 17,5% en las naftas en lo que va de agosto, el ministro pactó un congelamiento hasta octubre a cambio de abaratarle hasta 5 dólares por barril el precio del petróleo que compran las refinerías. Para compensar a las petroleras por esta rebaja, el gobierno se comprometió a diferirles por seis meses el cobro de Derechos de Exportación y otorgarles libre disponibilidad de divisas sobre las exportaciones incrementales a partir de noviembre.

Así las cosas, Milei no traerá solución alguna a la crisis energética del país, por el contrario, perseverará en el rumbo de beneficios al capital que nos condujo a esta situación, y los resultados serán más tarifazos y naftazos contra el pueblo. La lucha para enfrentarlos es ahora.

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