Políticas

28/3/2023

El plan para militarizar Vaca Muerta

El papel de la base financiada por el ejército de EEUU.

Vaca Muerta.

El reciente anuncio del jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Juan Martín Paleo, sobre “el despliegue de tropas militares para custodiar Vaca Muerta”, significa un nuevo paso en el sentido de la militarización de zonas de conflicto con inmensos recursos naturales en manos de grandes capitales argentinos y extranjeros. A la ya militarizada zona cordillerana que dominan Lewis y grandes latifundistas, con enormes reservas de agua dulce, se agrega ahora la riqueza petrolera.

En un artículo del diario Río Negro publicado (27/3) se detalla la concepción del operativo militar, a través de los dichos del jefe del Estado Mayor Conjunto: “Las fronteras ‘clásicas’ adoptadas por la estrategia militar, basadas en la geografía y los límites entre naciones, deben cambiar a un ‘concepto ampliado’ que sume infraestructura y cadenas de suministro, desde el concepto de la conectografía. Una central nuclear o hidroeléctrica, que es la vía por la que ingresa la energía a nuestro país, es una frontera. Un yacimiento de litio o Vaca Muerta, ¿no es una frontera a través de la cual ingresan al país las divisas que necesita para desarrollarse?”.

Un concepto tan “amplio” que entra en él todo el territorio nacional; el plan de las FFAA sería la ocupación militar de todo el país. Y los anuncios de Paleo van en ese sentido ya que se extienden en una primera etapa a “Bahía Blanca y todo el complejo nodal de comunicaciones y en el Atlántico”. En la zona bahiense se procesa y exporta gran parte de la producción de Vaca Muerta y el Atlántico, producto de la explotación off-shore de hidrocarburos en primer lugar.

Los objetivos del operativo, en la voz del militar, son “poner en práctica nuestra capacidad de desplazar medios militares para disuadir y, en el caso de ser necesario, defender nuestros objetivos de valor estratégico”. Absolutamente claro.

Bullrich dicta, los Fernández ejecutan

Dos meses antes de que el macrismo dejara el gobierno nacional, la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, emitió una resolución que abrió el camino para este operativo que hoy ejecuta el Frente de Todos. Se trata de la Resolución 768/19, que extendió el ámbito de actuación de Gendarmería “dentro del espacio geográfico de la formación geológica Vaca Muerta, situada en la Cuenca Neuquina, que comprende parte de las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza” (artículo 1º).

Dicha resolución está basada, entre otras, en la Ley de Seguridad Interior Nº 24.059, que tiene que ver con la represión de conflictos internos y que crea el Consejo de Seguridad Interior, conformado por todos los gobiernos y los jefes de las organizaciones armadas del país, tanto nacionales como provinciales.

El otro aspecto, y dado que el jefe el Estado Mayor mencionó “centrales nucleares”, “litio”, “centrales hidroeléctricas” como objetivos y que se trata de un total de ocho planes de campaña que se iniciarían junto a los primeros tres mencionados, es que se refuerza el planteo de la militarización de facto del país, siguiendo el hilo de la presencia de las Fuerzas Armadas en barrios y grandes ciudades (Rosario) bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.

El Comando Sur de EEUU, detrás de todo

Los anuncios de las FFAA del Estado nacional muestran los alcances reales que tiene la construcción de una base “humanitaria” financiada por el Comando Sur del Ejército yanqui dentro de la ciudad de Neuquén, sobre la denominada autovía norte y zona de asentamiento de bases y las rutas petroleras.

Precisamente en junio de 2019, unos meses antes de la resolución emitida por Patricia Bullrich, una delegación de la Embajada de Estados Unidos estuvo en Neuquén para recorrer, junto a empresarios, el predio donde se construiría dicha “base humanitaria”.

La propia comitiva estadounidense sostuvo que la misma “servirá para albergar a miembros de Defensa Civil y otros cuerpos”, es decir, será en realidad una base operativa con sus equipos de monitoreo de las tareas de militarización de la zona.

Las reuniones que mantuvieron la comandante del Comando Sur de EEUU, Laura Richardson, y el embajador de ese país en Argentina, Marc Stanley, con la vicepresidenta Cristina Fernández, hay que colocarlas en esta perspectiva. Los aspectos sobre “seguridad” que trataron tienen una relación directa con los ocho planes de campaña que anunció el jefe del Estado Mayor argentino.

La política de sometimiento al imperialismo no es solo económica, los capitalistas toman sus precauciones copando su patio trasero con sus perros guardianes. Los intereses concretos de empresas como Chevron o Exxon son los que llevan a, según palabras del jefe del Estado Mayor Conjunto, poner a prueba “nuestra capacidad de desplazar medios militares para disuadir y, en el caso de ser necesario, defender nuestros objetivos de valor estratégico”.

¡Fuera el imperialismo de América Latina, echémoslo con las rebeliones de los pueblos!

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