Políticas

9/9/2024

El planteo reaccionario de Cristina

La carta de la exvice y expresidenta a Javier Milei y a los propios.

Cristina Kirchner.

Cristina Fernández de Kirchner volvió a dar que hablar con la publicación de una carta crítica de la gestión de Javier Milei y que busca trazar los ejes para un reagrupamiento del peronismo con una falsa “autocrítica”, que busca exculpar de responsabilidad a la principal fuerza política patronal cómplice del ajuste de los “libertarios”.

Cristina vuelve a centrar el grueso de sus ataques en los problemas del gobierno de Milei para salir de la crisis económica, haciendo eje en la necesidad de privilegiar el ingreso de dólares por vía de las exportaciones y los negocios con las grandes multinacionales: algo que el gobierno busca a toda costa con beneficios capitalistas extraordinarios como el Rigi, apoyado por los gobernadores peronistas.

Un punto clave de la carta en cuestión es la crítica a la política de endeudamiento del macrismo y a la negociación de la deuda bajo el gobierno actual, por parte de quien se ha jactado en el pasado de ser una “pagadora serial de la deuda externa”, método si los hay de transferencia de recursos de los trabajadores al capital financiero.

En esta materia, la líder kirchnerista reivindicó a su gobierno como un polo de atracción de inversiones extranjeras, particularmente de grandes monopolios capitalistas, señalando que la misma fue “la más alta en los 40 años de democracia”. Esta reivindicación es formulada en razón del ingreso de dólares para pagar la deuda externa, no para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores ni para poner en pie un proceso de industrialización ni defender la soberanía nacional.

La mención a que esto habría ocurrido “sin privatizaciones” es engañosa: el gobierno “nacional y popular” uso a la “nacional” YPF como plataforma para la intervención de petroleras transnacionales como Chevron (con al cual se firmó un Acuerdo leonino y secreto) y Petronas, además de garantías extraordinarias para la explotación no convencional en Vaca Muerta. No hay que ser “liberal” para entregar el patrimonio nacional a los extranjeros.

La exvice y expresidenta de la Nación también cuestionó las consecuencias sociales de la política de ajuste fiscal del gobierno y la recesión económica, apoyándose en las estadísticas de pobreza e indigencia de público conocimiento, pero con poco miramientos a la responsabilidad de su gobierno en una cadena de hechos y políticas continuadas que durante las últimas décadas fue acrecentando la vulnerabilidad y precariedad de los trabajadores y sus familias.

La única salvedad fueron las críticas a la gestión de Alberto Fernández que llevó a una masa sustancial de los trabajadores formales a niveles de pobreza, sin mencionar, claro está, la responsabilidad propia en el armado e integración del gobierno de Alberto, y el respaldo de Cristina al ajuste salarial (vía techos paritarios, devaluaciones e inflación) que su gobierno profundizó.

En este punto, la exvice volvió a enfatizar respecto a la necesidad de una reforma educativa, en tiempos donde el gobierno y los peronistas tratan de pasar la esencialidad antihuelgas en el sistema educativo. ¿Cristina que queja de la caída de los salarios pero quiere atarles las manos a los docentes que pelean por sus condiciones salariales y laborales? Pura demagogia.

Cristina dice que el peronismo “no advirtió” –durante su gobierno y actualmente la transformación del mercado laboral a formas de mayor precarización trabajo no registrado, cuando los sucesivos gobiernos kirchneristas fueron artífices de la precarización laboral, con la tercerización y las formas precarias de contratación para vulnerar derechos obreros y satisfacer los reclamos e intereses patronales.

La señal de la referente del kirchnerismo para la burocracia sindical es la de dejar pasar el ajuste y las reformas antiobreras, que Milei haga el trabajo sucio, para luego recoger lo restos y candidatear al peronismo al poder sobre un escenario peor para los trabajadores y mejor para las patronales.

Cristina también “cuestionó” el rol colaborador del peronismo con el ajuste del gobierno como si no se trata de una construcción de la cual ella es responsable y partícipe activa. No solo por el accionar de los aliados e integrantes de la fuerza que era, sino por la pasividad con la cual el kirchnerismo dejó pasar todas  cada una de las entregas y ataques del actual gobierno.

Lo mismo ocurre con la referencia a los regímenes de “promoción” fiscal para los capitalistas amigos que su gobierno con Alberto respaldó (y ella ahora crítica), y/o la estructura fiscal regresiva que el próximo mantuvo durante todos sus gobiernos, con el IVA contra los laburantes y el Impuesto a las Ganancias sobre cientos de miles de trabajadores. La observación viene de parte de una fuerza que rechazó el impuesto a las grandes fortunas presentado por el Frente de Izquierda en el Congreso, para hacer pasar un más que modesto “aporte solidario” de poca trascendencia.

La carta de Cristina tiene el propósito reaccionario de plantear los ejes para un rearmado del peronismo, asumiendo algunos de los planteos derechistas del actual gobierno (modernización y ajuste del Estado, reforma laboral, etc.), poniendo el eje del problema nacional en el ingreso de dólares, lo que en su lenguaje implica un mayor saqueo contra los trabajadores argentinos y el respaldo del desguace nacional con proyectos como los del Rigi… o peores.

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