Políticas

18/3/2015|1355

El PO bonaerense se lanza a la campaña electoral

Pitrola gobernador, Altamira presidente


Trescientos delegados, electos en plenarios realizados en ochenta distritos, se reunieron en la Conferencia Electoral del Partido Obrero bonaerense, caracterizaron la crisis política y resolvieron el lanzamiento inmediato de la campaña electoral.


 


Sesionamos en paralelo con la convención radical que resolvió el apoyo a la derecha macrista. Después de la catástrofe de la Alianza con la centroizquierda que terminó convocando a Cavallo, ahora hundieron el Unen para ir directamente con el menemismo actual. El FpV, por su lado, se debate entre los candidatos derechistas y pro-yanquis Scioli y Randazzo. El massismo, que prometía llevarse los intendentes bonaerenses y el PJ, se devaluó y pide el ingreso a una interna única, lo que lo transforma en una rueda auxiliar del acuerdo PRO-UCR. La burguesía disputa entre camarillas de negocios, pero todas sus variantes preparan como salida un rescate del capital financiero con la factura a los trabajadores, no a los banqueros, desde luego. En la crisis Nisman se ha evidenciado la fractura de los aparatos de inteligencia y la Justicia. Fracturas que reflejan, en el fondo, el cambio de frente de los sectores de poder en los que se apoyó la “década K”.


 


La provincia no escapa a la deriva conservadora, pero a pocos meses de la inscripción de listas no hay claros candidatos provinciales, al contrario, puede haber internas sangrientas. El llamado progresismo ha ido a una bancarrota a dos puntas, la oficial y la opositora. Binner se bajó y Stolbizer no será la candidata a gobernadora, sino a presidente, de una centroizquierda residual, al punto que parte del Gen provincial se vuelca a la “gran interna” macrista. La oportunidad política del Frente de Izquierda se presenta como única, porque la política pequeño burguesa sucumbe al capital financiero. La izquierda revolucionaria que promueve a la clase obrera como alternativa política es la única que levanta con autoridad las reivindicaciones de la docencia, de los sin tierra y sin techo, de la salud y las obras públicas ambientales e hídricas acuciantes de la provincia. Somos organizadores de la lucha contra el gatillo fácil de la juventud explotada así como de la juventud precarizada. El Frente de Izquierda es la única fuerza política que levanta las reivindicaciones del movimiento obrero e interviene en la batalla electoral como parte de la lucha contra la burocracia sindical, como acabamos de hacerlo en los seis días de paro de la docencia contra la entrega sciolista de Baradel, en la lucha de Siderca, de Lear o de los obreros de Ecotrans en el oeste.


 


Hemos llegado a la etapa electoral instalados como nunca antes en la provincia. En paralelo a la conferencia, llovieron cuatro encuestas que ubican a Néstor Pitrola con el 5% de intención de voto a gobernador y a Jorge Altamira duplicando la elección presidencial de 2011 en la provincia. Pitrola ha llegado destacado por su labor como diputado de la provincia y como vocero político de la clase obrera. Hay condiciones para sostener el ascenso del Frente de Izquierda a partir del lanzamiento inmediato de la lucha política de nuestra militancia en todos los frentes de la campaña. Hay que romper la polarización que promueve la burguesía y el cerrojo de los medios de comunicación alineados en promover esa polarización. Desde luego, la condición para que Pitrola sea candidato a gobernador por el Frente de Izquierda es su permanencia en el parlamento, porque el primer candidato a diputado es del Partido Obrero en las mismas condiciones que en la Capital, como han sido los acuerdos del Frente de Izquierda desde 2011.


 


Pero enfrentamos el obstáculo interno en el Frente de Izquierda, que ya se expresó en el Luna Park ¡hace cuatro meses! El PTS obstaculiza el lanzamiento presidencial y con él un acuerdo nacional que ya propusimos dos de las tres fuerzas del Frente en el Luna. La divergencia en realidad se ha ampliado, porque el PTS pretendió vetar el apoyo de otras agrupaciones de izquierda que realizaron claros acuerdos programáticos que delimitan las divergencias y crean un marco de colaboración política sobre las bases programáticas del Frente de Izquierda, como lo es el texto firmado en Jujuy por Altamira y el “Perro” Santillán. Sostendremos la misma política que llevó a esos acuerdos de apoyo al Frente de Izquierda en la provincia de Buenos Aires.


 


En la Capital no se ha podido convocar una sola iniciativa conjunta. El internismo sin principios demora una campaña que pretendemos abarque cien distritos bonaerenses. De hecho, tenemos expresión como Partido Obrero en unos 95. Iniciaremos la campaña electoral defectuosamente (no es una campaña del Frente de Izquierda) pero decididamente. Lo hará el Partido Obrero con actividades en cada distrito con la participación de Altamira y Pitrola. La cuestión de los distritos, además, excede en mucho al tema de la campaña de los candidatos centrales: en cada uno de ellos destacamos ya mismo líderes locales que luego serán los líderes del Frente de Izquierda por el lugar ganado. En cada distrito elaboraremos de inmediato plataformas reivindicativas en conexión con la declaración política y programática aprobada por la conferencia. El objetivo es ingresar a los concejos deliberantes de una docena de distritos y triplicar la representación de diputados nacionales y provinciales conquistada en 2013.


 


Su eje es “Vamos con la izquierda, la alternativa de los trabajadores”.


 


La conferencia votó un plan de campaña y una movilización excepcional el 24 de Marzo, reclamando que se vaya Milani, la apertura de los archivos, la derogación de la ley antiterrorista y reforzar esta perspectiva política independiente y socialista y desafiar en las calles la falsa polarización política que proponen al país. También se votó al apoyo al plenario convocado por el Sutna San Fernando para el 21 de marzo, para que, desde la política del clasismo y la izquierda revolucionaria, se intervenga en el paro del 31 de marzo, tanto si se hace como si la burocracia sindical lo levanta.