Políticas

21/7/2005|909

El Polo catamarqueño “recibió” a Kirchner

El miércoles 13 de julio Kirchner llegó a Catamarca. Entregado a una demagogia desmesurada, hizo anuncios de obra pública para casi todos los rincones de la provincia; también anudó un sinnúmero de promesas con asociaciones, el Rotary Club y otras organizaciones “intermedias”, ONGs amigas del proyecto de K en la provincia.


El Polo Obrero se preparó para recibirlo en la ruta 33, a pocos kilómetros del aeropuerto. Desde días antes denunciamos que el gobierno nacional entregaba los recursos naturales a los pulpos mineros por menos del 2%; queremos regalías al 50%, dijimos, bajo control obrero, para acabar con el hambre y la miseria. Exigimos el cumplimiento de un acta firmada el año pasado con el gobierno provincial, que suscribió un representante de ese gobierno (hoy preso por un fraude de 5 millones a Acción Social, de donde era el titular). En agosto de 2004 habían prometido más de lo que se pedía… No cumplieron ni una coma.


Prevenidos, nos apostamos a metros de la ruta; mientras, se entabló una negociación. Las conversaciones se habían iniciado el 12 de julio, cuando le arrancamos a Juan Carlos Mazzón, uno de los operadores del Presidente, planes sociales, becas estudiantiles y el depósito de 20.000 pesos en una cuenta para nuestros comedores; acordamos la firma de un acta de compromiso para un mejoramiento de viviendas. El mismo 13, luego de hablar con todos los responsables del Polo Obrero de Catamarca, Roberto Britos, asesor de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, firmó “un compromiso por 400 soluciones habitacionales” (textual). Se barajó la posibilidad de una cooperativa para construir un barrio de 40 viviendas. Están en juego una posta sanitaria y una guardería infantil, para 100 niños, en terrenos de nuestra organización.


Recibimos apoyo para los comedores por el mes de julio, tres vacas tamberas y 20 remodelaciones de viviendas, que empiezan en una semana, como un adelanto. Un equipo de Acción Social de la Nación evalúa otros pedidos. Por nuestra parte, emprendimos un nuevo censo o reempadronamiento de necesidades, para adelantarnos. Seguimos con lupa cada paso de la negociación para no quedar atrapados en las “tuberías” de algún informe técnico.


Cuando termino estas lineas sé que ya nos depositaron los 20.000 pesos para los comedores en una cuenta del Municipio de Valle Viejo (que no era lo pactado). Debemos seguir este derrotero, organizarnos por un programa de la clase obrera, para expropiar a nuestros expropiadores.