Políticas
19/9/2019
El presupuesto del ajuste y… del pacto social
¡1 Billón de pesos para la deuda externa!
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4435 páginas tiene el Proyecto de Presupuesto Nacional presentado por el ministro Lacunza al Congreso. ¿Un esfuerzo literario de ciencia ficción? No solo.
Todos coinciden que el proyecto de Presupuesto no se va a discutir hasta que asuma el próximo gobierno (¿10 de diciembre?).
Es por lo tanto, un material de ‘propaganda’, eventualmente para defender las ‘buenas intenciones’ del gobierno Macri con vistas a la campaña electoral. Pero es también un planteo de consenso -con el auspicio indirecto del FMI- para fijar una ‘política de estado’ con la oposición de F-F y Lavagna.
Los datos, por supuesto, están completamente dibujados. Así en un documento de ‘adelanto’ del proyecto de Presupuesto, presentado antes de las PASO, se preveía que la actividad económica iba a tener una caída del 0,8% en el transcurso de este año, mientras que para el 2020 se calculaba un crecimiento del 3,5% del PBI.
Ahora, en el proyecto presentado por el nuevo ministro Lacunza, se pronostica que la Argentina crecerá 1% -cuando los analistas del ‘mercado’ esperan una contracción del PBI. Y para el actual 2019 termina reconociendo que habrá una caída del 2,6% del PBI.
El motor del crecimiento serían las exportaciones, que se calcula con un 7% de aumento. Pero, la tendencia en el mercado mundial es a la recesión y contracción económica, como se pronostica en las principales economías imperialistas y se manifiesta en la tendencia a la caída del comercio mundial, incentivada por las guerras comerciales (Trump contra China, la Unión Europea, etc.).
Las importaciones, que sí se incrementaran podrían estar anunciando que se está saliendo de la recesión económica nacional (importación de materias primas intermedias, maquinarias, etc) siguen en baja: pasarían del actual retroceso (18%) a un dibujado incremento… de menos de 2%. La inversión, pronostica, caerá un 4,9% en el 2020.
El ingreso por impuestos aumentaría un 45,9%, siendo el IVA (impuesto al consumo) “uno de los tributos de mayor crecimiento” mientras que “la recaudación del impuesto a las Ganancias registrará una caída”. Pero no se elimina el impuesto sobre las ganancias (es decir sobre el salario) de los trabajadores.
Sería un nuevo presupuesto de ajuste para tener un superávit fiscal como se comprometió con el FMI, ya que previendo un aumento del ingreso total del 47%, mientras los gastos solo lo harán un 36%. Se sacrifica aún más la salud y educación públicas, los salarios y seguirán sin existir planes de vivienda y obra pública. Todo va al pago de la deuda.
Un rubro importante de la reducción de gasto público sería el de los subsidios a la energía, lo que plantea la continuidad de los tarifazos. Está fuera de la agenda de quienes dominan el congreso y se disputan hoy la casa rosada revisar las ganancias e inversiones de las privatizadas.
El centro del presupuesto oficial está en el pago de la deuda externa. Se destinan más de un BILLON de pesos al pago de la misma. Un economista ha hecho el calculo que del ahorro fiscal (léase profundización del ajuste contra el pueblo trabajador) ¡el 82,6% estará destinado al pago de esa deuda!
Pero el presupuesto es una ficción en este punto más que ninguno. Porque el gobierno ya ha decretado el default selectivo y tendrán que marchar a una renegociación con el FMI y los acreedores. De eso no habla….
El balance de gestión presentado en el Proyecto es de una caradurez total. Todo iba bien, hasta que fue mal, dice. Pero está mistificado-falseado. Así el ministro Lacunza señala que se ha logrado el superávit fiscal “lo que significa casi tres años de cumplimiento de las metas, que nos permitieron ahorrar necesidades de emisión de deuda por 15 mil millones de dólares”. ¡Para no creer! La realidad es que hay otra bomba de tiempo, llamada Leliqs y afines, de déficit quasi fiscal -ya no externa, sino en pesos- que a término significa, en el marco de la recesión actual, una fenomenal emisión de moneda que dejaría al país al borde de la hiperinflación.
Todos los presupuestos desde el 2016 a hoy, fueron aprobados con el apoyo del voto de los diputados y senadores del PJ y de Massa. Sin ellos no hubieran podido salir, ya que Macri no tenía mayoría propia en ninguna de las cámaras legislativas.
Negri, el jefe del interbloque del oficialista Cambiemos en la Cámara de Diputados, señalo que el Presupuesto 2020 presentado “es una invitación a discutir el país”, a armar un ‘consenso’ y elaborar un “acuerdo franco, sincero sobre los problemas estructurales que tiene la economía”. El ministro Lacunza en su presentación insistió, “hay que construir consensos”. La diputada justicialista, Silvina Frana, coincide: “La economía requiere de un gran consenso social que incluya a todos los sectores”.
El jefe del interbloque Cambiemos evaluó que “desde hace muchos nadie le puede encontrar la vuelta al país”.
Incorrecto: nadie en el plano de los partidos capitalistas, porque el PO y el FIT-U tienen un plan alternativo: romper los acuerdos con el FMI, no pagar de deuda, expropiar las empresas energéticas y de servicios públicos sin indemnización alguna y ponerlas bajo control obrero, estatizar la banca y formar un banco único bajo control de los trabajadores, aumentar salarios y jubilaciones, reinstalar los aportes patronales eliminados a la previsión social, Congreso de Bases del movimiento obrero para armar un plan de desarrollo alternativo hacia la instauración de un Gobierno de Trabajadores.