El ‘quiosquero’ Alfonsín
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“Que no quede piedra sobre piedra del alfonsinismo”, fue la consigna del Ptp cuando se encolumnó con Menem desde 1989 hasta 1991.
Menos mal que Alfonsín sobrevivió, porque ahora el Ptp reivindica sus posiciones “antiimperialistas”, “patrióticas” y “nacionalistas”, y con seguridad está pensando en no dejar ‘piedra sobre piedra’ del menemismo. El Ptp le critica ahora a Alfonsín que tenga ilusiones en que Menem pueda “rectificar el rumbo”, expectativas que “quedaron clausuradas en el largo verano del 91” (es decir, cuando había que pulverizar a Alfonsín).
Atendiendo el quiosco
Con motivo de nuestra denuncia de este pasaje del menemismo al alfonsinismo (PO 21/11), nos ha sacado una virulenta crítica (Hoy, 4/12). El Ptp nos responde que para el PO “es lo mismo un quiosquero que Pérez Companc”. Es decir, que Alfonsín es un ‘quiosquero’. ¿Nada más? Que sepamos, el alfonsinista Machinea es el principal asesor de la Unión Industrial. Cuando fue gobierno, Alfonsín gobernaba dirigido por el Grupo de los 8, que incluye a Pérez Companc. Hasta 1989, el quiosquero era Menem y le salió al Ptp un Pérez Companc, mientras Alfonsín, el Pérez Companc, se transformaba en un quiosquero. ¿Hasta cuándo pretende seguir el Ptp con esta calesita, que siempre tiene la sortija de un gran explotador?
¿Convencer a las Pymes?
En un artículo titulado “Flexibilización y Pymes” (Hoy, 2/10), el Ptp trata de ‘convencer’ a los quiosqueros de que no les conviene sumarse a los grandes capitalistas contra el trabajador: “El interés inmediato en la mayor explotación de sus obreros, le hace perder de vista al pequeño y mediano empresario que en este terreno no puede competir exitosamente con el monopolio. Que si se suma al reclamo de los terratenientes y los monopolios de estirar la jornada de trabajo de los obreros y reducir sus salarios, lo que hace es condenarse a la muerte segura por la restricción de su mercado que ello implica. La única opción que tiene es acompañar los reclamos de los obreros por menor tiempo de trabajo y mejores salarios, aunque ello implique mayores costos en lo inmediato, porque sólo puede sobrevivir si hay un mercado interno en expansión”. Pero los ‘quiosqueros’ no hacen como el Ptp y siguen queriendo más flexibilización. ¡Y tienen razón! Porque en cuanto el mercado se expande, en la competencia con los grandes, los chicos necesitan estrujar al máximo a los obreros. El Ptp no sigue a Marx, sino a los teóricos ‘románticos’ del capitalismo. El movimiento de las Pymes es, en este momento, subsidiario de los monopolios, es decir que es instrumentado por los Pérez Companc. Las Pymes, antes dependían, en gran medida —al igual que la burguesía nacional—, de los contratos del Estado. Ahora, con las privatizaciones, dependen de los contratos de los monopolios. El gran capital ‘terceriza’ una parte de su producción para que los capitalistas quiosqueros superexploten al mango al trabajador. Las Pymes no se movilizan por el no pago de la deuda externa, por la estatización del sistema financiero, ni por la expropiación de los monopolios o de los latifundistas. El propio Ptp les aconseja que acepten ‘mayores costos’, no expropiar a los monopolios. Es decir que les sugiere que se arruinen frente a la competencia del gran capitalista, en lugar de ‘bajar costos’ a costa de ellos, no pagando, por ejemplo, la deuda externa.
Subsidiando al capital
Frente “a la ruina de los pequeños y medianos productores” agrarios por la caída en los precios del trigo (Hoy, 11/12), el Ptp propugna “obtener precio mínimo diferencial para los pequeños y medianos chacareros y la constitución de un ente regulador de la comercialización de granos para garantizarlo”. Es decir, mantener elevado el precio del pan de los trabajadores, con el agravante de un subsidio del Estado. A los nacionalistas del Ptp no se les ha ocurrido la nacionalización de la tierra y del comercio exterior.
El quiosquero se va para arriba
Pero resulta que el Ptp dice (Hoy, 6/11) que “poderosos grupos empresarios como Bunge y Born, Techint, Macri, Bulgheroni, han puesto el pulgar hacia abajo al menemismo. Se conforma por arriba un amplio frente contra el capital especulativo, en defensa de los sectores que están en la producción”. ¡Es lo que decíamos nosotros! Alfonsín no es un quiosquero, vuelve a ser el representante de los Pérez Companc ante el derrumbe del menemo-cavallismo. Al apoya al quisquero Alfonsín, el Ptp vuelve a encolumnarse con la burguesía proimperialista.
La “convocatoria patriótica” de Alfonsín, dice el Ptp, va a “tener consecuencias en la práctica de las corrientes radicales en el movimiento estudiantil, obrero y popular” (Hoy, 4/12), y plantea “una estrategia de poder”. A este fin suma a los que bajaron el “pulgar hacia el menemismo”, con el surgimiento “en las Fuerzas Armadas (de) una posición de reivindicación de lo nacional que reacciona ante la entrega menemista” (Hoy, 23/10).
Este Ptp acusa al PO de “ala izquierda de la burguesía”. Pero lo que surge de esta nueva estrategia de poder, es que el Ptp no plantea un frente de izquierda para disputar los votos de las masas al neo-menemismo de Duhalde, Alfonsín y el Frepaso, sino que plantea una alianza ‘nacional y popular’ con el neomenemismo de los explotadores que ‘bajaron el pulgar al menemismo’.