El regateo de los verdugos
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Todos los medios de información instalaron el gran debate en la sociedad. Desde todos los sectores, se sugieren los montos mínimos a partir de los cuales se debe “ajustar”; hasta lo denominan “ajuste patriótico”.
Esto se parece al regateo que hace un comerciante al vender su producto. También al presupuesto que fija un independiente cuando cotiza su trabajo. Como sabe que el que contrata le pedirá una rebaja, tira una cifra superior a la que quiere cobrar, hasta, regateo mediante, llegar a sus números, o más o menos.
El gobierno, sumiso de los “patrióticos” de las finanzas, lanza el más brutal y vergonzante ajuste contra el pueblo. Se tira un lance; en una de esas, pasa. Cuenta para ello con la complicidad de los “opositores” del PJ; además están los “alternativos”, los que quieren ser la opción nueva; con todos ellos, instala este debate, una maniobra distraccionista, una cortina de humo. Allí aparecen en la escena todos, y uno dice “A partir de 500 pesos”, el otro retruca “Que sean 750 pesos” y siguen… “1.000 pesos”, “1.500 pesos”. Esto se asemeja a la piedad del verdugo que entendiendo nuestra situación nos da la opción de elegir entre la cámara de gas, una inyección letal, la silla eléctrica o la guillotina. El resultado es el mismo.
Como los trabajadores, los desocupados no nos comemos el amague, no permitimos el regateo. La lucha no tiene precio. Así lo demuestran las movilizaciones y el paro que para la burocracia sindical debía ser sin movilización. Allí aparecieron los piqueteros para garantizar un paro activo, señalando el camino, siendo los protagonistas del paro. Y muchos entran a preocuparse, porque los piqueteros hacen su Congreso Nacional, y elaboran un plan de lucha.
El movimiento piquetero acelera el paso, aumenta su fuerza. Avanza hacia la construcción de la Coordinadora Nacional de Piqueteros y Trabajadores.