Políticas

15/12/1988|254

Negociados contra el pueblo

El régimen patronal contra la vivienda popular

Elva Roulet, secretaria de Vivienda de la Nación, informó que durante el primer semestre de este año el FONAVI construyó 17.099 viviendas en todo el país. La Cámara de la Construcción, por su parte, informó que las obras financiadas por el Banco Hipotecario para vivienda popular (77 mil unidades) están prácticamente paralizadas “por falta de fondos” (Cronista Comercial, 13/11).

Si se toma en cuenta que el déficit general de viviendas se ubica en los 3 millones de unidades y que aumenta, cada año, en 230 mil unidades debido al crecimiento de la población, tenemos un panorama del colosal agravamiento del problema de la vivienda.

¿Dónde está el problema?

¿No hay fondos?

El FONAVI informó que invirtió en los últimos 10 años 6 mil millones de dólares para construir 320 mil viviendas. Esto significa que cada unidad costó unos 20 mil dólares, cuando por la precariedad y ubicación de esas viviendas su costo no supera los 5 mil dólares. La diferencia de 15.000 dólares por vivienda se la embolsó la “patria contratista” constituida por las grandes empresas constructoras que “arreglan” los precios con el Estado. Estos, en sólo 10 años, se embolsaron 4500 millones de dólares. Han cobrado por esas casas mal terminadas y endebles precios de avenida del Libertador en Buenos Aires.

Pero aquí no termina el desfalco. Funcionarios han admitido que las empresas evaden el 30% del pago del Fondo para Viviendas (FONAVI), lo que representa aproximadamente unos 300 millones de dólares al año (Clarín, 29/4/ 87).

Lo que se embolsó a su favor la patria contratista —una vulgar estafa de guante blanco— hubiese permitido construir un millón más de viviendas. Si a esto se le suman tos escandalosos préstamos del Banco Hipotecario, que en lugar de ser entregados a los trabajadores necesitados, fueron dados a diputados, jueces y militares para hacerse la casa de fin de semana, tenemos que prácticamente la mitad del déficit de vivienda podría haber sido ya solucionado.

Cuando el régimen patronal, los Roulet, los Cafiero y Cía. se la pasan diciendo que el problema de la vivienda no se puede solucionar “porque no hay fondos”, mienten. Hay fondos, pero se los llevan los negociados de los contratistas estafadores, los acomodados del sistema y los evasores impositivos.

Existe una solución para comenzar a parar la mano de la estafa y el acomodo. Es la reivindicación número uno: que la administración de FONAVI y del Banco Hipotecario estén en manos de los propios trabajadores y los afectados por el problema de la vivienda. Esos representantes del pueblo deben ser elegidos por los propios trabajadores en cada barrio y fábrica, y deberán responder ante la asamblea popular de su zona.

Al mismo tiempo, para terminar con la evasión impositiva de los patrones en la cuota que deben aportar al FONAVI, es necesario implantar en todas las fábricas el control obrero de la producción, exigiendo la apertura de los libros empresarios para saber exactamente cuánto ganan y obligarlos a pagar el impuesto para la vivienda popular.