Políticas

19/6/1997|544

El sábado 12 de julio, la Asamblea Popular Nacional

La Asamblea Popular Nacional se hará el sábado 12 de julio. Así se acordó, luego de una consulta entre los miembros de la Mesa Convocante que, por otra parte, sesionará el día anterior, para considerar resoluciones, orden del día y funcionamiento.


La Asamblea Popular nacional está en marcha: esto es lo que surge de los numerosos pronunciamientos y adhesiones que diariamente recogen los compañeros que la están impulsando en todo el país.


Método


Un rasgo común de estas adhesiones es que destacan el método político de la asamblea, como instancia democrática de deliberación, organización y acción propia del movimiento obrero.


“Me parece que el método de la asamblea es bárbaro, porque permite la participación y ayuda a la convocatoria”, dice Nelly Barbuza, delegada de la Dirección de Institutos Privados de Enseñanza y destacada activista del Sindicato de Empleados Públicos de Córdoba. Esta opinión es compartida por Guillermo Iriarte y Marcelo González, miembros de la Comisión Interna de Transportes del Oeste, para quienes “la asamblea es la única herramienta válida para juntarnos todos en la lucha contra las patronales y el gobierno”. Y también por los compañeros Héctor Fernández y Héctor Díaz, de la Comisión Interna de Talleres Unión (gráficos), para quienes es necesaria “una asamblea nacional que nos permita a los trabajadores y explotados discutir y unificar criterios para un programa, una organización y una acción común, para enfrentar con chances a los explotadores”.


Los compañeros que participaron de la asamblea obrera de Tartagal también destacan este método político de debate y organización.


“Ha sido un debate muy importante, que busca el camino de la unidad de la izquierda y los trabajadores”, sostiene George Viñabal, militante del partido comunista y uno de los activistas más destacados de Embarcación, que fue elegido integrante de la mesa de la asamblea de Tartagal. Para Carlos Jabrán, estudiante de Humanidades de Salta y militante de Nuevo Espacio, “me pareció un debate muy rico e interesante. Lo que más me ha llamado la atención es la gran capacidad de participación y la libertad para la participación, que en otros partidos no se ve en la misma forma. La capacidad para exponer las diferencias, tratar de consensuarlas e irlas discutiendo hasta llegar a una pauta común que sirva a este frente que se está construyendo …”. Roxana Franchi, profesora de la sede regional Tartagal de la Universidad de Salta, y miembro de ‘Docentes Autoconvocados’ y del Frente Gremial de Adiunsa, afirma que “los debates que se han dado han sido muy ricos, funcionando con mecanismos absolutamente democráticos”. “Me pareció una opción de crecimiento y participación”, concluye.


La cuestión del método político de la asamblea, de la deliberación política democrática y de masas como base para la organización y la acción, aparece como una necesidad para el movimiento obrero y de los explotados en su conjunto. En el balance del XII° Encuentro de las Mujeres, una compañera participante destaca que “para las trabajadoras que vivían, muchas de ellas por primera vez, una instancia de deliberación colectiva de esta envergadura, el planteo que llevamos las compañeras del PO de una Asamblea Obrera nacional que ponga en pie al conjunto de los trabajadores, aparecía como una cuestión imperiosa”. Así también lo entendió Manuela Valdés, dirigente de los cortes de ruta en Santa Elena (Entre Ríos) y participante del Encuentro de San Juan: “Estoy de acuerdo y quiero participar de una Asamblea nacional de trabajadores para unir las luchas; con la Marcha Federal no es suficiente”.


Programa


El conjunto de los pronunciamientos y declaraciones ratifica el “Acuerdo Programático” aprobado por la Mesa Político Reivindicativa reunida en Buenos Aires el pasado 24 de mayo.


En algunos casos, casi como en un telegrama: “Apoyamos el llamamiento a una Asamblea Popular nacional y el programa resuelto en el plenario del 24 de mayo. Suscribimos Graciela San Martín y José Luis Perea (Junta Interna ATE/INTA); Graciela Galvagni, trabajadora del Inta”.


En otros, de una manera más desarrollada: “Me parece que el Acuerdo Programático está muy trabajado”, nos dice Nelly Barbuza. “A mí, como trabajadora de la educación —continúa—, me parece muy bueno cuando habla de la derogación de la ley federal de educación y de la ley de enseñanza superior; más en general, el tema de las víctimas del gatillo fácil y la abolición de las leyes de punto final, obediencia debida y el indulto”.


Los compañeros que se pronuncian por la Asamblea Popular nacional, sin embargo, no se limitan a ratificar el Acuerdo Programático. Como en el acta de la Asamblea de Tartagal (que publicamos en el último periódico), o en el acta de la Asamblea de San Martín de los Andes, que publicamos aparte, cada sector que se suma a la lucha por la Asamblea Popular nacional le incorpora sus propias reivindicaciones y denuncia las ofensas que sufre en carne propia del régimen menemista.


Así, los compañeros de San Martín de los Andes plantean su oposición a la entrega del cerro Chapelco al capital financiero; las compañeras de la Comisión de Mujeres de Atlántida se pronuncían contra el cierre de la planta, por la reincorporación de sus esposos y contra el desafuero de los delegados Néstor Pitrola y Norberto Frasso. Las compañeras del Comité de Base de La Paloma, reunidas en Asamblea, denuncian la inexistencia de una sala sanitaria en el barrio. Un grupo de trabajadores de Talleres Centrales de la Municipalidad porteña, por su parte, denuncian la política privatista de De la Rúa.


En otras palabras, la propia campaña por la Asamblea Popular nacional se está convirtiendo en un laboratorio político y programático de la vanguardia obrera y de los explotados.


Organización


Otro rasgo común de los pronunciamientos de apoyo a la Asamblea Popular es que los compañeros plantean que debe convertirse en un canal de organización para una lucha común de los trabajadores y los explotados.


En primer lugar, para expulsar a la burocracia de los sindicatos; para recuperarlos como organismos de defensa obrera frente al capital y para organizar sindicalmente a los desocupados. Así lo manifiestan puntualmente los pronunciamientos que ya hemos mencionado de los compañeros de la Interna de Talleres Unión, de los miembros de la Interna de Transportes del Oeste, de la Comisión de Mujeres de Atlántida, del grupo de compañeros de los Talleres Centrales de la Municipalidad de Buenos Aires, de la compañera del Sindicato de Empleados Públicos cordobés Nelly Barbuza, de las docentes salteñas Miriam Sosa (primaria) y Roxana Franchi (universitaria), y de los trabajadores de San Martín de los Andes.


También, para luchar por la organización de la juventud, como lo expresan los compañeros de San Martín de los Andes y los compañeros del Comité de jóvenes de Laferrere/Isidro Casanova.


En la medida en que la propia campaña opera como un primer punto de reagrupamiento, también ha servido para lanzar iniciativas de acción política en los ámbitos en que se desarrolla.


Así, la asamblea de Tartagal resolvió impulsar una campaña por la formación de una lista única de oposición combativa y antiburocrática para las elecciones del gremio docente salteño. La asamblea de San Martín de los Andes lanzó una campaña contra la privatización encubierta de Chapelco y el despido de sus trabajadores. En La Paloma, en el Oeste del Gran Buenos Aires, en el marco del debate por la Asamblea Popular, se fundó la Comisión de Mujeres, para trabajar un petitorio dirigido a las autoridades municipales, exigiendo la inmediata instalación de una sala de primeros auxilios de residencia permanente y carácter gratuito.


Método, programa y organización: la Asamblea Popular Nacional marcha.


En base a informes y reportajes de Sergio Urtubey (Matanza), Jorge Mora (Neuquén), Silvia Jayo (Encuentro de Mujeres de San Juan), Carlos Pacheco (Merlo), Daniel Blanco, Christian Rath y Claudio del Plá (Salta), Mario Diamonte (Capital)