El titular del Anses, Alejandro Vanoli, eligió a un representante ligado a la iglesia para ocupar la titularidad de la Unidad de Atención de Ituzaingó. Se trata de José Bergoglio, sobrino del Papa, de “Haciendo lío”, una ONG extendida en algunos distritos y provincias que se encarga de tercerizar el asistencialismo. Lo hace, claro, recibiendo distintas clases de financiamiento estatal, por ejemplo, el Fondo de Fortalecimiento Institucional en Morón donde tiene en particular una presencia destacada.

Recordemos que el Papa jugó un rol importante coordinando las reuniones en el Vaticano entre el gobierno nacional y FMI, para aceitar el proceso de renegociación de la deuda con los bonistas, mostrando que la Iglesia también está a fondo por el pago. El pago de la deuda que el gobierno tiene con el Fondo de garantía y sustentabilidad del Anses que, según recordaron las propias palabras de Alberto Fernández tiene el 70% de sus activos en los títulos (desvalorizados) del Estado nacional y las provincias, no figura entre las prioridades del FMI, Fernández y Guzmán. A su vez la megaley de robo a los jubilados aprobada en diciembre redujo una vez más los aportes patronales y aumentó el límite regulatorio del Anses para prestarle al Estado. Si, como reclama el Partido Obrero, al frente del sistema previsional estuvieran representantes electos y revocables por los propios trabajadores y jubilados, de ninguna manera permitirían que el Estado avance con este saqueo de sus haberes.

Estas concesiones a la Iglesia, para mantenerla dentro del pacto social, entre las cuales se destaca por ejemplo el acuerdo de la ESI con la Iglesia por parte del ministro Trotta, también llegan en momentos en los cuales se debate un nuevo proyecto por el aborto legal que sería presentado por el oficialismo en estos días. Esta toma y daca, reforzando la injerencia clerical en los organismos públicos y prebendas de distinta clase debe ser enfrentado con una campaña a fondo por la separación de la Iglesia y el Estado.

Levantemos en alto esta bandera el próximo 8M contra la provocación del clero y en el Paro Internacional de Mujeres del 9M.