Políticas
31/3/2017
El tarifazo permanente de Aranguen
Escribe Gabriel Solano
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El ministro de energía y minería Juan José Aranguren acaba de anunciar un tarifazo en el gas, que llegará al 40% en el mes de abril. No será, sin embargo, el único aumento del año. En lo que ya constituye un ´tarifazo permanente´, Aranguren anunció un nuevo aumento en noviembre de este año y otro en abril del 2018. Sumado todos los aumentos, el tarifazo anualizado rondará el 120%. Esta cifra, sin embargo, podría ser mayor por el efecto de la dolarización de la tarifa. Un salto en el tipo de cambio impactará directamente en la tarifa.
Aunque el gobierno defendió este tarifazo en cuotas en nombre de favorecer las inversiones en materia energética, las empresas de distribución y transporte de gas ya han hecho saber que sus planes de inversión serán postergados nuevamente. Así, al tarifazo se le suma la huelga de inversiones.
Mientras las empresas beneficiadas con el tarifazo siguen sin invertir un peso, el ministro Aranguren continúa con el negocio de importación de gas, que tiene como principal beneficiaria a la holandesa Shell, que lo supo tener como jefe máximo en el país. Del total de u$s 700 millones de importaciones de gas previstas, a la empresa Shell le corresponden unos u$s 265 millones. Ahora sabemos por qué la monarquía de Holanda le dio tan buen trato al matrimonio presidencial.
Los aumentos del gas, sumados a los ya ejecutados en las tarifas de luz y agua, contrastan con las paritarias del 19% que Macri y Vidal le quieren imponer a los docentes, o con el 20% que Armando Cavalieri firmó con las patronales de comercio. Estos tarifazos echarán más leña al fuego de la inflación, que ya ha superado largamente el pronóstico inicial del 17 o 18% anunciado por el Banco Central.
Rechazamos el tarifazo, reclamamos su anulación y planteamos la apertura de los libros de todas las empresas energéticas para conocer sus costos y sus beneficios, poniendo de manifiesto el saqueo llevado adelante durante todos estos años. Es necesario proceder a una reorganización integral de la industria energética, apartando a los vaciadores y estableciendo una nacionalización bajo control de los trabajadores.