El trabajo criminal de Alperovich
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El gobernador tucumano, Ricardo Alperovich, es un criminal. Para adulterar los índices de mortalidad infantil, ordenó que los médicos no asistieran a los bebés de muy bajo peso de la Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes, donde nacen el 40% de los chicos de la provincia. Trabajadores de la Maternidad, que pidieron resguardo de sus identidades, relataron que "en 2004 los jefes de guardia reunieron a todos los identificadores y comunicaron que a partir de ese momento debíamos registrar como nacido muerto a todo bebé que pesara menos de 500 gramos". También les indicaron "no practicarle ninguna asistencia médica. Se los deposita sobre una bandeja de instrumental hasta que mueren" (Crítica, 10/6).
Alperovich se jactó profusamente de que durante su gestión disminuyó la mortalidad infantil de 24,3 por mil (2002) a 13,5 (2006). Para eso adulteró las estadísticas, haciendo figurar la muerte de los recién nacidos de menos de un kilo como "defunciones fetales o egresos por aborto". Lo investigó la Dirección de Estadísticas (Deis) del Ministerio de Salud nacional porque, en 2006, Tucumán triplicó la tasa nacional de mortalidad fetal y aumentó geométricamente los egresos por aborto.
Para imponer el fraude, Alperovich desplazó a dos funcionarias que revelaron la trampa: la epidemióloga Evelyna Chapman, quien dijo: "Los que ponemos en peligro el discurso oficial basado en el supuesto descenso de la mortalidad infantil, somos desplazados. Mis informes evidenciaron las enormes diferencias entre la estadística oficial y la realidad"; y la jefa del Departamento de Series Demográficas provincial, Ángela Zóttoli, que llegó a la misma conclusión que Chapman.
La prohibición de atender a los bebés se explica porque la mortalidad infantil se mide hasta el año de vida. Los chicos de muy bajo peso tienen pocas posibilidades se sobrevivir, pero si viven unos días es imposible ocultar que nacieron y arruinan la estadística.
Tanto el matrimonio K como su ex ministro de Salud, Ginés González García, convalidaron la mentira. En agosto de 2007, Ginés, de formación sanitarista, declaró: "No conozco experiencia más rotunda donde se haya bajado a la mitad los índices de mortalidad infantil en cuatro años", e instó a "imitar las metodologías de medición y evaluación estadística" de la provincia. Hay indicios, sin embargo, de que el fraude excede a Tucumán. La sanitarista Elsa Moreno, consultora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), sostiene que los errores "no fueron aislados: en 2004, en una reunión del Consejo Federal de Salud se sugirió que, al no existir un desarrollo científico que garantice la sobrevida de bebés nacidos con menos de 500 gramos, había que consignarlos como mortandad fetal o nacidos muertos. Por eso las estadísticas dejaron de ser confiables". Esto fue corroborado por el ex ministro de salud y actual vicegobernador, Juan Manzur. El kirchnerismo se supera a sí mismo.