La composición de la lista de los “libertarios” de CABA es en sí misma clarificadora. Detrás del candidato fogoneado por la patronal mediática se anotaron negacionistas de la dictadura como Fernanda Araujo que se popularizó al plantear que no hubo terrorismo de Estado durante el “proceso” -Macri la designó como “directora de fortalecimiento de la democracia”(!)-, otros exfuncionarios macristas como Clara Malbrán u Oscar Zago el empresario hotelero que cuando fue legislador del PRO batió el récord de contratar a 7 familiares como asesores en el  2005. También integran la lista el ex Techint y actual gerente de Roggio Gustavo Durini y el brigadier (R) Jorge Reta que provocó una reacción nacionalista en sectores del ejército al plantear que Inglaterra se ocupe de parte de la seguridad aérea durante la cumbre del G20 en Argentina.

A diferencia de la provincia de Buenos Aires en la ciudad el excarapintada y funcionario macrista Gómez Centurión (NOS) apoya la lista de Milei y lo mismo la celeste aliada a los evangelistas, Hutton. Lo único que explica esta divergencia cruzando la General Paz es la especulación de que es más fácil en provincia ingresar al congreso y necesitan concentrar el voto de ultraderecha en la ciudad. Si alcanzan este objetivo, los candidatos de la lista los vamos a encontrar en los listados de asesores para vivir precisamente de los impuestos que paga la población.

“Dime de qué presumes y te diré de qué adoleces”

La lista “antisistema” de Milei es un refugio de elementos fascistoides arribistas emigrados del macrismo, empresarios, brokers financieros, gerentes de la patria contratista y hasta un militar proimperialista. Los ataques a los “zurdos” en lenguaje videliano no eran casualidad. Los fanáticos de la libertad defienden la dictadura y rechazan el derecho al aborto. Los “antisistema” son financiados por banqueros y son los políticos que tienen más presencia en programas de TV a pesar de haber salido últimos en el 2019. Se presentan como lo nuevo, pero fueron parte de todas las dictaduras y su máximo logro fue privatizar las empresas públicas bajo el menemismo. Esa es la propiedad que ellos defienden, la que hoy lucra con el patrimonio público. Hablan contra los impuestos, pero encubren que hoy la estructura impositiva es un mecanismo de transferencia de recursos de los trabajadores al capital.

Son parte sustancial del mismo régimen que gobierna desde hace décadas y hundió al país y a los trabajadores.

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