Políticas

17/9/2021

El voto castigo en Santa Cruz y las medidas desesperadas del gobierno provincial para revertirlo

Expresemos el repudio en las calles y en las urnas con el voto al Frente de Izquierda - Unidad.

Transcurridas las Paso, y confirmada la derrota del oficialismo en casi todo el país, en Santa Cruz comenzaron a tener lugar una serie de acontecimientos llamativos en el gobierno que ameritan un análisis.

Los revuelos y las tensiones al interior del Frente de Todos fueron varias. Así tal cual ocurre ahora con la carta de Cristina Fernández de Kirchner, buscando desligarse de la política de ajuste que condujo al cachetazo electoral del gobierno, también hubieron apariciones en los medios al estilo Pablo Grasso (intendente de Río Gallegos) reconociendo la derrota pero culpando a su candidato y la mala campaña del espacio al que él mismo pertenece.

De ese modo, la serie de medidas desesperadas del oficialismo buscando revertir la derrota se fueron viendo por todos lados. En Gobernador Gregores, por ejemplo, el martes 14 salieron a licitación 35 viviendas desde el Instituto de la Vivienda de Santa Cruz (Iduv), en el marco del programa “Casa propia”. Si hay una deuda con el pueblo desde el arribo del kirchnerismo a Santa Cruz son los planes de vivienda y la obra pública en general. Parece que Alicia Kirchner necesitó perder las primarias para paliar con aspirinas el gran déficit en materia habitacional que hay en la provincia que gobierna.

¿Y las “cajitas de zapato”?

En 2019, previo a las elecciones, el diputados nacional Juan Vázquez, el diputado provincial Claudio Barría, el intendente local de ese momento, Héctor Vidal, y Pablo Grasso a cargo de Iduv, lanzaron rápidamente (como parte de su táctica electoral) la construcción del barrio “30 Viviendas”. Esto fue con la clara intención de reclutar votos en el sector de desocupados, dominados principalmente por Uocra, y algunas madres solteras a quienes supuestamente les destinarían las casas.

Lo cierto es que en la actualidad, casi 3 años después, este barrio no está terminado. Su construcción se encuentra plagada de problemas que ocasionarán grandes dificultades habitacionales y sociales para las vecinas y vecinos que les toque habitarlo. Es que estas casas, apodadas “cajitas de zapato” son realizadas con un material ligero. Durante su construcción varias de ellas fueron derrumbadas por las ráfagas del viento santacruceño, aunque lo peor son sus dimensiones y ambientes: son de apenas un poco más de 30 metros cuadrados y poseen un solo ambiente para dormitorio. Si recordamos que son casas “pensadas” para madres solteras, esas familias están siendo condenadas a vivir en el hacinamiento.

Cuando el concejal del Partido Obrero Pablo Lombroni reclamó ante Iduv por esta incoherencia, le respondieron que “era una orden política hacer 30 viviendas de este tipo”. En contraposición planteamos, con los mismos recursos, construir 15 viviendas más grandes y de más ambientes. Y, claro, lanzar un nuevo plan de viviendas para el resto de la población. Indudablemente la medida del gobierno se trató de una maniobra con el “sueño de la casa propia” que buscaba reclutar votos.

Pongamos en pie una salida

Para las y los desocupados, para las trabajadoras y trabajadores con problemas habitacionales, o que cobran salarios de pobreza, esto es lisa y llanamente una tomada de pelo. Son medidas a todas vistas superficiales que no resuelven los problemas reales del pueblo trabajador. En este plano, las especulaciones electorales de cara a noviembre, tanto del oficialismo como de la oposición patronal, no deben engañar al conjunto del electorado.

Opongamos a los administradores del ajuste y la pobreza una salida propia de los trabajadores. Basta de repartir la miseria. Organicemos la lucha para salir de esta crisis, y canalicemos el repudio también en las elecciones con el voto al Frente de Izquierda – Unidad.