Políticas

5/8/2018

El voto de la senadora Larraburu contra el derecho al aborto

Más que nunca, el 8A seamos millones

La senadora nacional por Río Negro Silvina García Larraburu anunció, en el día de hoy, que finalmente votará en contra del aborto legal. Lo hace luego de que el bloque del FpV-PJ que ella integra junto a CFK se pronunciara, en junio pasado, por un apoyo unánime al proyecto de ley por la interrupción voluntario del embarazo.


Las declaraciones de Larraburu para fundamentar su giro son escandalosas, pero también  esclarecedoras. Larraburu sostuvo que “no se generó un debate en profundidad” y que “la gente humilde, la gente pobre no aborta (…)”. Justamente, si hay algo que el movimiento de lucha de la mujer logró en todo este último período es un debate a fondo sobre la problemática. Allí quedó bien en claro que el aborto existe y que las mujeres trabajadoras y pobres son justamente las que más caro pagan el aborto clandestino, porque en muchísimos casos lo pagan con su propia vida o con mutilaciones irreparables.  


Larraburu no sólo está firme en su decisión, también se ha lanzado a interpelar a todo el pejotismo, señalando que “el peronismo nunca fue abortista, en la doctrina peronista, si uno lee a Perón, lee a Eva, el peronismo nunca tuvo una postura pro aborto. Tenemos que acercarnos a nuestras fuentes (…)”.


Larrauburu es kirchnerista de la primera hora. Arrancó su carrera política como concejala del PJ con la llegada de Néstor Kirchner al gobierno. En 2007 fue en la lista del FPV local como legisladora y luego, en 2011, como diputada. En 2013 ingresó al Senado junto a Miguel Ángel Pichetto, y en abril de este año se pasó al bloque del FPV-PJ que encabeza Cristina Fernández de Kirchner. 


La senadora rionegrina, consultada sobre la posición de la líder de su bloque, Cristina Fernández, señaló: “Ella durante todo su tiempo de gestión (…) no habilitó el debate, no es casual, es una persona que tiene la altura intelectual para entender que iba a provocar esta crisis social que estamos viviendo y esta pelea terrible en un momento en el que lo que menos necesitamos los argentinos es ahondar más la grieta”.¿Qué tal?


“La grieta” ya no sería entre macristas y kirchneristas, sino entre el movimiento de mujeres, de jóvenes y trabajadores que defiende el derecho al aborto legal y rechazan la injerencia de la Iglesia en las decisiones del Estado, por un lado, y entre los funcionarios y partidos que defienden la injerencia de la Iglesia, por el otro.   


Es claro que la senadora rionegrina, recurriendo a una serie de argumentos sin sustentos estadísticos ni científicos, ha mostrado sus profundas ataduras con el clero. La Iglesia católica,  en el escenario de crisis social del país, se ofrece al gobierno como un instrumento de contención, y exige a cambio el rechazo a la legalización del aborto.


Es ese intenso lobby que ejerce el clero el que ha determinado el voto de la senadora Larraburu. Pero el rechazo al aborto legal está en contradicción con el sector mayoritario de los votantes kirchneristas y es lo que explica el cambio de postura de CFK, que mantiene fuertes vínculos con la Iglesia y como la propia Larraburu señaló nunca habilitó el debate en todos sus años de gobierno.


Para derrotar el lobby clerical el 8A debemos ser millones en las calles.


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