Políticas

31/8/2015

El voto electrónico


El voto electrónico facilita, en muchos aspectos, la posibilidad de fraude y lo hace mucho más difícil de detectar. También hace muchísimo más fácil y accesible para el Estado detectar a quién votó cada ciudadano (lo que potenciaría los mecanismos de presión clientelar), a la vez que torna casi imposible determinadas instancias de fiscalización, incluso para quienes tienen conocimientos técnicos profundos.


Hay una gran cantidad de activistas del mundo informático que han documentado su posición contraria al voto electrónico, y que plantean la defensa de la boleta única de papel (completando con lápiz los casilleros, como se hace en Inglaterra, Italia y Córdoba). Incluso se han escrito compilaciones en forma de libros, etc. Esta gente concluye que, junto con la boleta de papel (y lápiz), se deberían implementar ciertos mecanismos informáticos de lectura óptica automática que sean cotejables con el recuento manual y que también se apliquen sobre los telegramas, cuyas copias podrían subirse inmediatamente a Internet y permitir que cualquier ciudadano los controle.


Acá, en Santiago del Estero, estamos elaborando un proyecto de Boleta Única de Papel.