La lista presentada el pasado lunes 26 de junio en el Gatica por parte del oficialismo no ha traído novedades. El actual actual intendente Jorge Ferraresi (PJ), que encabeza la lista, pone sus miras en gobernar la ciudad otros cuatro años más.

En su lista, como precandidata a concejala va su esposa y actual jefa de gabinete municipal, Magdalena Sierra. La acompaña el actual presidente del Concejo Deliberante, Hugo Barrueco. El tercer y cuarto lugar lo ocupan los massistas Giselle Alessi y Luca Bertolotto. El kirchnerismo quedó muy atrás en la repartija; Ferraresi mantiene relaciones ásperas con este sector.

Luego de más de 10 años de peronismo en el municipio, los vecinos y las vecinas de Avellaneda viven peor, muchos de ellos inmersos en la contaminación y precarización. El incremento de la pobreza es visible en las barriadas, villas y asentamientos, donde el hambre se multiplica. A menos de 10 kilómetros de Casa Rosada, miles y miles de habitantes sufren la crisis habitacional y el hacinamiento, viven en casillas de madera, chapa y cartón; no tienen redes cloacales (de agua potable y pluviales), y sus barrios se inundan cada vez que llueve debido a la falta de asfalto.

El oficialismo no desarrolla obras serias de infraestructura ni de viviendas. La caja de la obra pública es oscura y para muy poquito; es un rubro en el que prima la tercerización. Mientras, los negocios inmobiliarios son la prioridad. La mole de cemento y hormigón “El Elefante Blanco”, ubicada frente a la estación Darío y Maxi, a medio construir desde hace largos años, es el monumento a la especulación que reina en Avellaneda.

Es la misma gestión que mantiene sueldos de indigencia para los municipales. Y explota el trabajo en negro, disfrazándolo de “economía popular” o empleo “solidario”. Ferraresi hace que los trabajadores laboren como cooperativistas, monotributistas, beneficiarios del Potenciar Trabajo; también utiliza a estudiantes próximos a recibirse como mano de obra, mediante figuras como las pasantías o el trabajo a destajo (erradicado como figura). Todos estos no tienen ART, aportes jubilatorios, aguinaldo ni vacaciones pagas. Muchos trabajadores, tanto bajo convenio como en negro o precarizados bajo otra forma, ejercen sus tareas sin los elementos básicos de protección, lo que ha dejado heridos y fallecidos en varias oportunidades. El Estado es el primer negrero.

En el plano de la salud pública, el gobierno también tiene una política negativa. Esto lo demuestra el cierre de urgencias en salitas sanitarias de barrios, los cortes de luz en el Hospital Perón, el intento de cierre de la escuela de enfermería en el Hospital Fiorito y las condiciones en las que labora muchas veces el personal médico (bajos sueldos y falta de productos básicos para la atención).

Algo similar sucede en educación. Pese a los grandes cartelones verdes, negros y blancos que muestran “refacciones y remodelaciones”, los reclamos de docentes, alumnos, padres y auxiliares por la falta de agua, vidrios rotos, cucarachas y ratas se multiplican.

En seguridad, las cosas tampoco mejoraron. Mientras Ferraresi publicita la entrega de nuevos patrulleros y la incorporación de agentes, la zonas liberadas para el delito organizado, la trata y el narcotráfico se mantienen.

A esto se le suman los tarifazos contra los vecinos. Mientras grandes empresas multinacionales como Edesur, Shell, Exolgan y Bingo Avellaneda no pagan impuestos como “ayuda a la inversión”, la gestión A descarga sobre los trabajadores aumentos de la Tasa de Servicios Generales (TSG) por encima del 84%.

De este modo, el Ejecutivo municipal “nacional y popular” recauda millonadas, obteniendo superávit fiscal año tras año. Se trata de excedentes cuyo destino se desconoce, probablemente terminen en caja provincial o en el pago de la deuda con el FMI. De esta forma se sigue financiando la usura y también la fuga de capitales.

Por su parte, desde la oposición macrista, los nombres también se repiten. Personajes como Lucas Yacov (precandidato a intendente por Patricia Bullrich) o Maximiliano Gallucci (por Horacio Rodríguez Larreta) son viejos integrantes del Concejo Deliberante. En el Concejo, estos muchas veces han votado a favor de las leyes ajustadoras de Ferraresi.

Del mismo lado de la vereda reaccionaria, pero con un disfraz de renovación y con discursos fachistoides, los libertarios de Milei presentan una lista, que poco tiene que ver con el fin de la casta. Sus precandidatos (al igual los que del MIF de Espert) acumulan experiencia en el ramo (son experonistas, exradicales y exmacristas).

A no comerse los espejitos de colores ni los cantos de sirenas. La salida a la crisis es por izquierda. Es hora de patear el tablero y meter trabajadores en el Concejo Deliberante. Desde la Lista “Unidad de los Luchadores y la Izquierda” (Partido Obrero-MST en el Frente de Izquierda) vamos con candidatos, referentes y activistas de las luchas en curso; docentes, estudiantes, gráficos, y trabajadores de la salud y del movimiento piquetero. Levantamos un programa obrero y socialista, que pone en el primer lugar de la agenda las necesidades insatisfechas del pueblo trabajador.

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