El Frente de izquierda Unidad realizó una gran elección a nivel distrital. El crecimiento del 5,68% al 6,96%, entre las Paso y las generales, debe ser analizado con detenimiento. Porque el salto de 16.800 votos a 23.190 son el resultado de una enorme campaña, incluso con porcentajes más altos en zonas donde el trabajo político es muy reciente, como por ejemplo en Ezpeleta.

Los 6.390 votos nuevos en porcentaje equivalen a un crecimiento del 38%. Mientras el Frente de Todos ganó, recuperando 30.000 votos, un 28% más en relación a las Paso. Por su parte, Juntos creció en 6.490 nuevos votos, un 5% más (fue el que menos creció).

Otro dato que debe analizarse es el crecimiento de Espert y Hotton. En un distrito sacudido por la zona liberada, el discurso de hacer “gruyere” a las personas que delinquen cala tanto en el barrio más humilde como en el más ricachón. No está demás señalar que esto es meter bala a los pibes con gorritas, mientras se encubre al Poder Judicial y policial, los verdaderos responsables del delito.

El Frente de Todos se recuperó con un despliegue enorme de aparato. Incluso rompiendo la veda electoral, ofrecían micros con propaganda proselitista el día de la votación. Aun así, solo ganó en 8 barrios, mientras Juntos se mantuvo en 9 barrios del distrito.

El PO en el Frente de Izquierda puso cerca de 300 fiscales y cubrió más de 90 lugares de votación, una militancia férrea que se correspondió a la campaña que desplegamos. En ese sentido, y en un contexto de crecimiento de la izquierda, cuando desde todos los medios atacan las ideas trotkistas, caracterizándolas como utópicas, deforman su adecuación a la realidad de nuestro país. A su vez, expresan la preocupación de la burguesía, y el peronismo, de la penetración que el PO está logrando en los barrios, en las fábricas y en los lugares de estudio.

Vamos a una gran lucha política contra la reforma laboral, por un plan de viviendas, trabajo genuino, subsidio al desocupado y un plan de obras públicas para los barrios populares.