Políticas

22/12/1988|255

Elisa de Rodríguez: “No fuimos a defender la democracia”

Compañera de Rogelio Rodríguez, asesinado en Villa Martelli

Sí compañeros, la sangre obrera es lucha y es bandera. Quiero saludar este congreso de los trabajadores del Partido Obrero, como instancia democrática del pueblo que quiere acceder al poder y agradecer la posibilidad de esta tribuna. Martelli fue sin duda uno de los momentos más combativos de esta historia, desde que se inició la llamada democracia. Avalados por la firma del Punto Final, la Obediencia Debida, la conciliación de Semana Santa, de Monte Caseros a espaldas del pueblo, tenemos que llorar muertos. El “Negro” estuvo ahí, estuvimos, porque íbamos a combatir contra los genocidas. No fuimos a defender el hambre ni la miseria que sobrevivimos quienes de alguna manera somos marginados porque vivimos en asentamientos, porque estamos marginados de la producción, porque nos condenan al hambre. Estuvimos ahí precisamente por ser marginados, por estar cansados, porque lo único que nos quedaba era combatividad. Al “negro” no le pudieron apagar eso, le apagaron un montón de cosas en la vida, este sistema corrupto, inhumano. Pero ño le pudo acallar la combatividad. Por eso estábamos en Martelli, porque creíamos que esa era la frontera justa, porque ahí se estaban desarrollando los hechos, no en el Congreso. Porque allí estaba el enemigo único, y porque allí con un montón de hermanos, quienes no sabíamos quiénes eran, porque no lo preguntamos, nadie preguntó de dónde venís, ni quien sos. Ahí de golpe formamos una unidad férrea, porque el enemigo era único, era el enemigo del pueblo el que estaba. Por eso estuvimos en Martelli, por eso el Negro combatió, por eso cayó. El, como Alejandro, no murieron, nacieron a la histeria del pueblo Argentino. Es deber nuestro, de todos, los que queremos combatir este sistema, los que lo queremos quebrar, porque no fuimos a defenderlo, fuimos a defendernos como pueblo, y no a este sistema que queremos derrocar. Es nuestro deber que Martelli, el 4 de diciembre, sea el abrir de una nueva historia en el pueblo, el organizarse, el llamamiento a la unidad. Ahí pudimos unirnos, compañeros, no importaban las camisetas, ahí pudimos estar ¡untos combatiendo. Eso indica que todo el pueblo tiene objetivos concretos y comunes, ¡guales, si bien las dirigencias no lo entienden y siembran lo que hoy es el desparramo de la izquierda, el desparramo del campo popular. Uds. están llegando a un Congreso con la intención de generar un frente obrero. Coincido con que es necesario un Frente de los Trabajadores, es necesario un frente del pueblo, donde todos los que nunca tuvimos acceso al poder, podamos por fin tomarlo. Sabemos que estas elecciones y esta democracia, a la que llaman muchos hoy a votar, no son lo que al pueblo le conviene. No son el canal por el que vamos a tomar el poder. Pero también sabemos que hay que agotar las instancias, y que hay que combatir y crear un programa único, sin diferencias que nos permita tomar el poder. Yo quiero decirles (lo voy a repetir siempre, tal vez a muchos les moleste) no fuimos a defender la democracia, fuimos a defender el derecho soberano del pueblo a elegir cómo y de qué manera hacer los cambios sociales. SÍ compañeros, son todos asesinos, eso sin duda. Lo sabíamos con el Negro y la gente con que llegamos a Martelli a las dos de la mañana del día domingo. Sabíamos que Caridi y Seineldín eran la misma bosta, lo decían nuestras consignas. Teníamos en claro que acá no había leales ni rebeldes, que son todos homicidas, que son todos criminales, que no pueden ser más los que nos sigan reventando, que hay que cambiar los tantos, y por eso estábamos ahí, no en defensa de esta democracia ni de este sistema, sino en la defensa de nosotros, ustedes, todos los trabajadores. El pueblo somos los que vamos a cambiar este sistema y es mi deseo que este Congreso lleve la claridad necesaria para que puedan generar ese frente que tanto ansían y que tanto necesita la clase obrera y el pueblo. Gracias compañeros.