Políticas

22/12/2020

CORTES DE LUZ

Empezó el verano con un apagón

El comienzo del verano no solo lo marcó el almanaque, vino con un infaltable: los cortes de luz. Por un apagón después de las 15.30 quedaron sin luz numerosos barrios, los principales afectados fueron Constitución, Flores, Mataderos, Parque Chacabuco, Caballito, Villa Luro y Liniers, “mientras que tres líneas de subte se quedaron sin servicio momentáneamente. En las redes sociales, también reclamaron por el apagón vecinos de Villa del Parque, Vélez Sarsfield, Villa Devoto, Almagro, Floresta, Parque Avellaneda, Versalles, Villa Lugano, Parque Patricios, Pompeya, Villa Soldati, Barracas, Boedo, Monte Castro, Villa General Mitre y San Cristóbal” (Infobae).

El corte según la empresa respondió a un incendio que terminó “desenganchando” una red de alta tensión y los usuarios afectados llegaron a 500.000. La empresa insinúa que puede haber sido un atentado o un incendio intencional, pero lo repetido de la situación por los años de los años hablan de otra cosa: falta de inversiones. Las empresas en manos de las privatizadas reclaman aumento de tarifas como condición para mejorar las condiciones del servicio, pero han recibido subsidios millonarios cuyos destinos nunca han sido controlados. Ahora cuando la precariedad del servicio se haga más evidente por el aumento del consumo (mayor que otros años seguramente porque muchos permanecerán en sus casas durante el verano) presionarán por mayor asistencia del Estado.

El secretario de Energía, el cristinista Darío Martínez, ya había avisado que esto sucedería, pero no es cierto que “el que avisa no traiciona como dice el refrán”. Martínez y el gobierno dejan hacer a las empresas, son parte del problema.

Rechazamos los aumentos de tarifas, ni un peso al barril sin fondo de las concesionarias del servicio. Hay que imponer la apertura de los libros de las empresas, sacar a la luz las condiciones reales del servicio, el uso de los subsidios y poder estructurar un plan de salida.  La nacionalización de la energía en todas sus etapas bajo control de los trabajadores es la única salida para terminar con un servicio que década tras década de gobiernos capitalistas va de mal en peor.