Políticas

21/9/2022

En agosto la canasta básica aumentó por encima de la inflación y se necesitaron casi $120 mil para no ser pobre

Según el informe del Indec que mide la canasta básica y la canasta alimentaria.

Crece la carestía.

El Indec acaba de publicar el informe mensual que mide la variación de la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), las cuales establecen el umbral de la pobreza y de indigencia respectivamente. En agosto, el primero se ubicó en $119.757 y el segundo en $52.990.

En el mes, la CBT creció incluso por encima de la inflación general (7,6% contra 7%). Lo mismo podemos decir del aumento acumulado en lo que va del 2022 de la canasta alimentaria, que superó en 4,4 puntos el índice de precios al consumidor del mismo período.

La responsabilidad del gobierno es total, ya que la aceleración del ritmo devaluatorio, la autorización a las prepagas para aumentar las cuotas y la suba de los combustibles contribuyeron a este salto en el costo de vida; todas medidas propias del rumbo fondomonetarista adoptado, que se agravará una vez que impacten los tarifazos en los servicios. A su turno, lanza medidas como el dólar soja que refuerzan la presión sobre los alimentos.

Por otra parte, promueve la miseria salarial, desde el momento que fija un salario mínimo que hoy se halla en los $51.200, por debajo de la línea de indigencia y que ni siquiera llega a cubrir la mitad de la canasta de pobreza. Ni qué decir del haber mínimo que cobran más de cuatro millones de jubilados, el cual, con el aumento de septiembre, alcanzó la miserable suma de $50.353. A su vez, el Ministerio de Trabajo fijó una paritaria de hambre para las trabajadoras de casas particulares, que se encuentran cobrando apenas $52.531. Por otra parte, reinan las paritarias a la baja, dando como resultado que el  “sueldo mensual promedio se ubique en $ 98.769 por mes en los niveles junior” (Ámbito, 31/8).

A la profundización del hambre y la miseria que propone el programa del FMI, defendido por todas las variantes del peronismo y por la oposición de derecha, debemos oponerle la lucha generalizada de los sectores populares, siguiendo el camino del movimiento piquetero independiente y de los sindicatos combativos como el Sutna. Exijamos salarios iniciales de $180 mil, aumentos salariales indexados a la inflación y trabajo genuino para todos. Necesitamos un paro nacional y un plan de acción para poner en agenda nuestras reivindicaciones.