Políticas

29/11/1989|288

Menem los pone en aduana y DGI

En Brasil acusan de fraudes impositivos y cambiarios a Bunge y Born

En vísperas de las elecciones presidenciales, estalló en Brasil un resonante caso de "crimen fiscal" que tiene como protagonista nada menos que a Bunge y Born en la sede donde reside el mandamás del pulpo. La prensa argentina ha ignorado virtualmente estos acontecimientos.

La Justicia ha descubierto que la "Constructora Lubeca" —una empresa controlada por Molino Santista, propiedad de Bunge y Born— “desvió" unos 75.000 dólares hacia una empresa “fantasma", la Tertec, "fabricando" gastos inexistentes. Después de "dar vueltas" por otras empresas también "fantasmas" y distintos bancos, esos fondos fueron a parar a las cuentas de los directores de la misma Lubeca y de otras empresas del grupo. De esta manera, Bunge y Born evadía Impuestos de la empresa principal (Lubeca) y obtenía fondos “negros" para financiar la fuga de capitales.

Bajo la frondosa acusación de prevaricato, evasión fiscal, emisión de documentación falsa, estafa, creación de empresas "fantasmas", contabilidad "doble", evasión de divisas y apropiación indebida de fondos están siendo procesados Luciano Girao, funcionario de Bunge y Born, Luis Bertazzo (h), director del Banco Santista, también propiedad de Bunge y Born, así como otros directores de la Lubeca y de las “empresas fantasmas".

Los investigadores calificaron a los procesados como “una verdadera banda, profesionales" (Estado de Sao Paulo, 8/11). Con la seguridad de que el desvió ilegal de fondos es una práctica habitual del grupo, ordenaron el secuestro de la documentación de la Lubeca y la comparecencia ante el tribunal de los directores de Bunge y Born, el grupo madre. "Vamos a descubrir —afirmaron los investigadores— otros crímenes fiscales".

Así fue. Por cuenta separada, la Justicia acaba de descubrir otro fraude, esta vez cambiario, que podría llegar a los 3.000 millones de dólares —el equivalente al actual nivel de reservas del Brasil— por "importaciones que nunca llegaron al país" (Estado de Sao Paulo, 12/11), protagonizado también por empresas "fantasmas". De esta manera, "las grandes empresas en nombre de las cuales fueron realizadas las operaciones fraudulentas... y los bancos... compraban al Banco Central dólares a un valor muy inferior al paralelo' (ídem). Embolsaban así la diferencia o la fugaban al exterior. Bunge y Born es uno de los principales exportadores de Brasil.

Después del soñado affaire de Rapanelli en Venezuela, el "escándalo Lubeca" demuestra que la evasión de impuestos y el fraude cambiario forman parte del negocio habitual de BB. En Argentina pretenden ser ajenos a la especulación con el cambio negro y con la deuda pública. Han llegado de esta manera a dirigir la DGI y la Aduana, es decir el gallinero de estos zorros.

El juez interviniente en el "caso Lubeca", Vanderlei Borges, explicó que con las pruebas que obran en su poder ‘debería decretar la prisión preventiva de los acusados' (Estado de Sao Paulo, 11/11). Pero ¡oh casualidad!, la investigación se detuvo exactamente en este punto por decisión de un tribunal... ¡electoral!

El fiscal señaló que “las Investigaciones fueron interrumpidas por las presiones de Bunge y Born. Luciano Girao —uno de los acusados— fue visto esta semana en el Banco Central y en el gabinete del ministro Saulo Ramos (y hasta) la policía fue informada de que la Lubeca financió viajes del diputado Paes de Andrada (oficialista, PMDB) cuando éste debió asumir interinamente la presidencia durante los viajes de Sarney” (Estado de Sao Paulo, 11/11). En Brasil, como en Venezuela, ni que hablar de la Argentina, los “amigos" que encubren a Bunge y Born llegan a los más altos escalones del Estado.

Con todo, lo más espectacular del "escándalo Lubeca" es que saltó como consecuencia de las denuncias de corrupción y soborno lanzadas contra el PT por el candidato del PDS, Ronaldo Caiado, representante de los intereses latifundistas.

Sucedió que la Lubeca, una empresa constructora, se encontraba negociando con el Municipio de Sao Paulo —gobernado por el PT— un contrato para la construcción de un gigantesco complejo edilicio, el "Proyecto Panamby", por un costo estimado de 600 millones de dólares, que finalmente obtuvo. En los medios gerenciales de la Lubeca corría insistentemente la versión de que esta concesión había sido obtenida mediante una gruesa coima. Uno de los gerentes de la Lubeca, derechista y simpatizante del PDS, al descubrir que había sido librado un cheque sin la correspondiente contrapartida de obras realizadas, "supuso" que se trataba de la tan mentada coima que "seguramente' debía ir a engrosar las arcas del PT. Entonces, llevó la "sensacional denuncia" a Caiado, quien inmediatamente la difundió por la red nacional de TV sin prueba alguna.

Un funcionario de la prefectura de San Pablo y alto dirigente del PT fue obligado a renunciar por la intendente petista por no haber denunciado el ofrecimiento de coima de la Lubeca. La denuncia contra el PT fue un boomerang, porque no sólo destapó las estafas de Bunge y Born -patrocinador de la candidatura de Collor de Mello- sino que además, la investigación policial reveló que 'no hay prueba de que el dinero haya llegado al PT" (Estado de Sao Paulo, 10/11).