Políticas

27/4/2022

En el primer trimestre se gastó más en intereses de deuda que en el bono, en AUH o en obra pública

Estos pagos aumentaron en un 135,5% respecto al mismo período del 2021.

Foto: Télam

En el primer trimestre del 2022 los pagos de intereses de deuda pública que realizó el Tesoro aumentaron en un 135,5% en relación al mismo período del 2021, ascendiendo a $266.800 millones. Por su parte, el Banco Central canceló, en los primeros tres meses del año, intereses de Leliqs y pases -que poseen los bancos- por $360.000 millones. De este modo, vemos cómo el gobierno se encarga de ensanchar los bolsillos del capital financiero en un país con infinidad de necesidades irresueltas.

Se trata de una cifra superior a los $222.000 millones devengados entre enero y marzo para el pago de la Asignación Universal por Hijo y las Asignaciones Familiares, a los $190.000 destinados a las transferencias provinciales y a las universidades y a los $181.000 millones que recibió la obra pública. Incluso supera la partida asignada de $240.000 millones para otorgar el bono por única vez de $18.000 a la población más vulnerable, mostrando a todas luces cuáles son los intereses prioritarios para el oficialismo. Finalmente, la política de rescate de la deuda es la contracara del ajuste sobre el gasto social, en momentos donde la pobreza y el hambre se extienden en todo el territorio.

El incremento del pago de intereses de deuda responde, en primer lugar, a que en 2022 empezaron a correr tasas más altas para los vencimientos de los bonos en dólares reestructurados en 2020, tras el acuerdo con los acreedores privados, ya que “por la cláusula ‘step up’, a medida que corren los vencimientos semestrales, suben los pagos” (Clarín, 27/4). Semejante usura desmiente una vez más el discurso oficial sobre el carácter supuestamente “exitoso” de aquella negociación con los bonistas.

A su vez, la suba de tasas del Tesoro y mayor emisión de bonos en pesos indexados a la inflación también contribuyó a que el gasto en intereses de deuda subiera. Lo anterior obedece a la imposición fondomonetarista de reducir la emisión monetaria supliendo el déficit fiscal mayormente con deuda, con lo que cada licitación que realice Economía debe ser exitosa, para lo cual se ofrecen tasas más altas. A su vez, el curso ascendente de las tasas del Banco Central -también promovido por el Fondo- presiona sobre las del Tesoro en función de tentar a la banca para que canjee sus tenencias en Leliqs por títulos de deuda pública nominados en moneda local.

Haber desembolsado el monto mencionado al principio en intereses no impidió que la deuda pública aumentara en USD 13.045 millones en el mismo trimestre. Estamos en presencia de una hipoteca usuraria que cuanto más se paga más crece, ya que las sucesivas restructuraciones van acumulando intereses cada vez más onerosos y su carácter impagable lleva a contraer nuevos préstamos para cancelar viejos, constituyendo un callejón sin salida. El pacto con el FMI no hará más que profundizar esta encerrona, cuyas consecuencias recaen sobre el pueblo trabajador, víctima de las políticas inflacionarias, de ajuste y de miseria salarial comprendidas en este programa económico.

Solo rompiendo con el FMI y repudiando la deuda fraudulenta podremos abrir un cauce para el desarrollo autónomo del país, donde las aspiraciones de las mayorías ocupen el centro de las prioridades. Este 1° de Mayo colmemos la Plaza contra el rumbo de sometimiento adoptado y para reforzar una salida de los trabajadores a la crisis.

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