El martes 8 de noviembre, el ministro de Educación nacional Esteban Bullrich dio la charla “Una educación para el siglo XXI” en Merlo.

El lugar donde se realizó, la Cámara de Comercio e Industria, esclarece la orientación del ministro. El objetivo de poner la educación al servicio de la necesidad de mano de obra de las patronales, degradando los contenidos educativos, ya se había manifestado en el Operativo Aprender. Meses antes el gobierno, a través del Inet (Instituto Nacional de Educación Tecnológica), relevó la demanda laboral de 700 empresas con el objetivo confeso de orientar “la oferta educativa de la Argentina”.

Reducir la escuela pública a una sucursal de recursos humanos de las patronales es un objetivo que el macrismo comparte con todos los gobernadores provinciales (kirchneristas incluidos) que suscribieron la Declaración de Purmamarca en febrero pasado.

Pero también merece una reflexión la actuación del kirchnerismo. Circuló profusamente por las redes sociales un comunicado convocando a una movilización en repudio a la visita del ministro. El principal problema, según el comunicado, era una cuestión de cartel, porque “la visita no es oficial, dado que no participaron al Intendente, lo trae Cambiemos”.

El comunicado señalaba, además, “el daño que está ocasionando” la gestión de Macri en lo económico y educativo. Omiten decir que Gustavo Menéndez, intendente del FpV, es un acérrimo defensor de dicha gestión. En marzo, recibió al presidente en una escuela y reprimió a los vecinos que se acercaron a repudiarlo. Cuando se hizo público que en el distrito crecía el hambre mientras se achican los cupos en los comedores escolares, Menéndez, a través de sus consejeros escolares, atacó a los docentes que denunciaron esa situación.

Menéndez impulsó el Pacto de San Antonio de Padua que, junto a la Iglesia, alineó a los intendentes del PJ detrás de Vidal para viabilizar el ajuste en la provincia. Asi, el intendente fue un precursor del operativo de contención que hoy llevan adelante los movimientos sociales ligados al Papa junto a la burocracia de las centrales obreras para garantizar la gobernabilidad de Macri y frenar la lucha de los trabajadores cuando la pobreza trepa al 32%.

Aunque Menéndez no participó de la charla por estar de viaje por Estados Unidos, envió a su hermana y funcionaria Karina Menéndez, que presenció la charla del ministro en primera fila.

Las organizaciones kirchneristas sostuvieron igualmente el escrache. Entre ellas, la directiva celeste del Suteba, adaptada al gobierno local a tal punto que la secretaria de Derechos Humanos del sindicato, es además funcionaria municipal. La Celeste busca lavarse la cara después de que, tanto Suteba como Ctera, le garantizaron todo el año la tregua a Macri.

El Partido Obrero se hizo presente a la entrada de la charla. Llevamos un volante denunciando la connivencia de los partidos patronales con las políticas de devaluación educativa de Bullrich. Planteamos la necesidad de enfrentar el ajuste con un paro nacional en el marco de un plan de lucha y llamamos a los trabajadores a poner en pie una alternativa política de los trabajadores.