Políticas

19/9/2022

En números: el “massazo” de agosto sobre jubilaciones, AUH y políticas alimentarias

El informe de ejecución presupuestaria de la OPC refleja dónde recae el ajuste fondomonetarista del gobierno.

Imagen: Pablo Piovano

La aceleración del ajuste, en función de arrimarse a las metas fiscales del FMI, se vio nítidamente en la ejecución presupuestaria del mes de agosto. Lo devengado en partidas sociales perdió contra la inflación, en momentos donde arrecia la pobreza y el hambre en todo el territorio nacional.

El informe elaborado por la Oficina de Presupuesto del Congreso arroja que en el mes de agosto los gastos corrientes cayeron, en términos reales, un 19,1% interanual; el equivalente a haber achicado en uno de cada cinco pesos comparado con el año pasado. Un camino que el gobierno promete profundizar, dado que refrendó las metas anuales fijadas por el FMI. Massa no solo presentó como ofrenda en Estados Unidos el recorte nominal de $211 mil millones en el presupuesto, sino también la pulverización del gasto público a través de la inflación.

En primer lugar, lo ejecutado para el pago de la Asignación Universal por Hijo quedó un 31% por debajo de la inflación interanual, lo cual golpea particularmente a las infancias y a las mujeres, que, además, son mayoría dentro de la población más pobre. Vemos una vez más la verdadera cara de un gobierno que hace demagogia con las demandas del colectivo femenino mientras mantiene virtualmente congelados los más elementales subsidios relacionados con la crianza.

El dinero devengado para jubilaciones y pensiones, por su parte, perdió 12,5% contra la inflación, en términos interanuales. Este grado de confiscación a los trabajadores jubilados es producto de la fórmula de movilidad sancionada por el Frente de Todos, que divorcia los haberes previsionales del índice de inflación. Lo anterior, sumado a que más de 4 millones de jubilados cobran la mínima de indigencia, tenemos que uno de cada cuatro adultos mayores vive en hogares con pobreza estructural, según un informe de la UCA.

A su turno, entre agosto 2021 y agosto 2022, lo erogado para Políticas Alimentarias tuvo una caída real del 15,8%, algo sencillamente criminal en un país donde más de un millón de niños debe saltearse alguna comida diaria por falta de recursos económicos y el rubro alimentos lidera la escalada inflacionaria.

Cabe destacar que mientras recrudece el ajuste contra el pueblo, el gobierno no escatima recursos para subsidiarle un dólar preferencial a los sojeros que amasan fortunas, eliminar las retenciones para las multinacionales automotrices que operan en el país o emitir para pagarle intereses a la banca. Un contraste ilustrativo sobre cuáles son los intereses que defiende el oficialismo en todas sus variantes. Recordemos que las tijeras afiladas de Massa-Rubinstein cuentan con el respaldo del kirchnerismo.

Por otro lado, los datos de agosto reflejan en qué medida el grueso de la recaudación recayó sobre el bolsillo popular. Lo recabado a través del IVA creció un 5,4% interanual por encima de la inflación, a la vez que el ingreso por Derechos de Exportación se desplomó un 20,5% real comparado con el mismo mes del año pasado. Aquí, el acopio de granos por parte de los productores de soja tuvo mucho que ver con la merma en las retenciones.

Finalmente, es necesario enfrentar el ajuste fondomonetarista en las calles, siguiendo el camino de la Unidad Piquetera que se moviliza contra el hambre, por trabajo genuino y por el derecho a estudiar y el las familias y los trabajadores de la salud que enfrentan el recorte en Discapacidad. Es fundamental dar una respuesta generalizada a todos estos ataques peleando por un paro nacional y un plan de lucha.