Políticas

30/5/1996|496

En qué consiste la ‘crisis’ del transporte automotor

El intento patronal de rebajar los salarios y modificar las condiciones laborales de los choferes, no tiene nada que ver con los “alarmantes” informes que presentan las patronales a los trabajadores.


En el transporte automotor hay en marcha una ‘reestructuración’ capitalista que busca liquidar el carácter “cooperativo” (sociedades de “componentes”) que tradicionalmente tuvo el sector y forzar a una concentración capitalista que “barra” con el pequeño empresario.


Según el titular de la CONTA (Comisión Nacional del Transporte), Elio Cipolatti, no hay crisis en el transporte automotor: “acá ningún empresario pierde plata” (Página 12, 3/3). Lo que sucede, dice un “experto del sector” afín a Cipolatti, es que “las empresas no saben adaptarse a una merma en la demanda porque cuando hay que sacar menos coches a la calle se arman las rencillas internas. Y esto pasa porque la gran mayoría son sociedades de componentes. ¿Si Juan es dueño de varios colectivos y  Pedro de otros tantos, quién decide cuáles salen de circulación? Nadie quiere que su capital quede parado” (ídem).


Las empresas están siendo alentadas a transformarse en “sociedades anónimas puras” para favorecer a los grandes capitalistas del sector. Es lo que acaba de informar a sus “socios” el Directorio de una de las principales empresas del conurbano, “Transportes del Oeste”, donde se revelan crudamente las mentiras empresarias.


Mientras la recaudación mensual promedio en el ejercicio anual cerrado en junio ’94 ascendió a 3,3 millones de pesos, en el que cierra en junio próximo se la estima en... 3,15 millones de pesos. En materia salarial y dotación de personal, en cambio, “se ha logrado una reducción cercana al 30%”.


Mientras que la caída de la venta de pasajes alcanzó al 12,4% comparando el 1er. trimestre de 1995 con el de este año, los kilómetros recorridos cayeron en más de un 17%. Esto seguramente significa que hubo menores frecuencias en horarios nocturnos y de escaso movimiento, y que no sólo cayeron los gastos de personal por encima de la caída de la recaudación, sino también todos los demás gastos operativos (combustibles, deterioro del equipo rodante, etc.).


La operatoria del servicio se hizo, comparando marzo del ’95 con el de 1996, con una dotación de personal un 22,5% menor (1.035 trabajadores contra 1.334). La política de ‘terror’ empresario se expresa particularmente en la caída de los jornales pagados por enfermedad. En el 1er. trimestre de 1995 se abonaron 132 mil pesos, mientras que en el mismo período de este año, 96 mil; una caída superior al 27%. Todo lo cual se ha visto favorecido por el nuevo régimen de exámenes “psicofísicos”, que manejan ‘a piaccere’ las patronales mediante el soborno a las clínicas que contrató la CONTA (las empresas han logrado, por ejemplo, que trabajadores que han sido ‘bajados’ a tareas técnicas o administrativas por tratamientos clínicos fueran dados de ‘alta’ por la CONTA —el trabajador, sin encontrarse en condiciones, es repuesto como chofer—, y en el examen siguiente arreglan la ‘baja’ y el subsiguiente despido... justificado).


¿Qué revela todo esto, sino un gran auge del beneficio empresario en medio de la recesión y el ‘maúllo’ acerca de la ‘crisis’ ?


La dirección de la UTA está totalmente sometida a esta política patronal. La movilización reciente a la CONTA fue una cortina de humo. La dirección de la UTA ha facilitado el traspaso de las recientes licencias de empresas a sus nuevos concesionarios en condiciones leoninas para sus trabajadores (contratos precarios, etc.).


Hay que estructurar una poderosa corriente clasista entre los trabajadores del transporte para impulsar un programa de lucha contra los convenios de ‘crisis’, en defensa del convenio colectivo de trabajo, por la recuperación de la UTA para reconstruir un verdadero sindicato.