En Tucumán

Primero fueron en los pueblos del interior: Alberdi, Aguilares, Monteros, donde los vecinos se autoconvocaron para expresar su repulsa a los aumentos. En el caso de Montero el que convocó fue el intendente para informar, pero los vecinos le dieron vuelta la maniobra y la transformaron en una asamblea popular, donde no sólo se reclamó la anulación del aumento sino también la provincialización de la empresa.

Luego el escenario se trasladó a la Plaza Independencia y a los barrios de la capital. Ya son varias iniciativas donde va creciendo la concurrencia. En las de la Plaza se asomaron algunos políticos patronales a caretear, pensando en las próximas elecciones. En los barrios la cosa es más combativa. En una asamblea de Villa Alem, el repudio al gobierno y los políticos patronales fue unánime. El ‘Chino’ Robles, ex convencional y dirigente de “los radicales que no bajan sus bandera”, vecino de la zona, se hizo presente, pero fue denunciado porque nunca se preocupó por los problemas del barrio, sólo en mejorar su vivienda. En esa asamblea los vecinos sumaron otros reclamos como el de las cloacas colapsadas.

La indignación detonó por la suba nacional, pero también porque se acumula a otra local, cuando en noviembre se renegociaron los contratos con Empresa de Distribución Eléctrica de Tucumán (Edet), y se estableció una suba del 40% retroactiva a mayo. Para peor, el gobierno dio vía libre para que la empresa pudiera aumentar sin audiencias públicas y trasladar los aumentos de las transportadoras que serían inminentes.

El escenario se agrava con la andanada de aumentos en todos los rubros, gas, agua, telefonía, boletos, impuestos, etc. que se están anunciados.

De lo que se trata entonces es de extender y masificar las asambleas populares y las movilizaciones hasta arrancar la anulación de los aumentos y la eximición de pago para los trabajadores desocupados y jubilados.

Esto recién comienza.

Daniel Blanco