Políticas

10/11/2022

En un mes, el BCRA emitió más de $600 mil millones para complacer a la banca

La base monetaria creció un 5% en octubre.

Miguel Pesce, presidente del Banco Central. Imagen: Télam

En octubre, la base monetaria se expandió en casi $200 mil millones (5% mensual), debido a que el Banco Central incrementó su nivel de emisión en beneficio de la banca. La autoridad monetaria emitió en el mes $439.000 millones para cancelar intereses de Leliqs y pases y $183.400 millones para comprar bonos del Tesoro.

Por un lado, la sucesiva suba de tasas, a pedido del FMI, encareció los intereses de las letras del Banco Central. Finalmente, la política de colocar Leliqs y pases, que cumple la función de absorber los pesos circulantes, contiene costos usurarios que son cubiertos con mayor emisión. Al mismo tiempo, la expansión de la base monetaria de octubre evidencia que al gobierno le resulta cada vez más difícil esterilizar esos intereses con nuevas letras.

A su vez, el menor interés que mostraron los acreedores hacia los bonos del Tesoro en las licitaciones de octubre obligó al Banco Central a comprar parte de esos títulos, con el objetivo de sostener todo el andamiaje de endeudamiento. A sabiendas de que una crisis de deuda en pesos puede desatar una corrida de gran envergadura y dinamitar el acuerdo con el Fondo, que exige financiar la mayor parte del déficit por esa vía.

A todas luces, el gobierno se compromete a retacear la emisión monetaria ajustando sobre las partidas sociales, pero no tiene ningún reparo en apelar a ella cuando se trata de preservar los negociados parasitarios de los bancos y los fondos de inversión. Los que se rasgan las vestiduras con los efectos inflacionarios de la emisión, lo hacen solo para justificar una reducción del gasto público pero omiten que la mayoría de esos pesos emitidos van a parar a los bolsillos del capital financiero. Otro ejemplo más para mostrar la responsabilidad directa del gobierno en la escalada inflacionaria.

Ese dinero circulante fue esterilizado mediante la colocación de Leliqs, con lo que el pasivo del Banco Central ascendió a $8,9 billones. Se trata de una hipoteca verdaderamente explosiva, que, a su turno, demandará pagos más onerosos en concepto de intereses. Como vemos, el endeudamiento de la entidad ha adquirido una dinámica de “bola de nieve”, que convierte al gobierno en rehén rehén de la banca.

Frente a este cuadro, resulta fundamental repudiar la deuda usuraria, estatizar la banca y supeditarla al control obrero.