Javier Milei, que le atribuye a la emisión monetaria ser la causa principal de la inflación, en su primer mes de gobierno emitió $6,8 billones en beneficio de la banca, principalmente.

Según informó la consultora EcoGo, de esa cifra, $2 billones se destinaron a la compra de divisas (que requirió más cantidad de pesos debido a la devaluación), $2,4 billones a cancelar intereses de los pasivos remunerados y otros $2,4 billones en rescatar Lediv y ejecutar Puts (el seguro de cambio que ofrece el Banco Central para algunos títulos del Tesoro como garantía para los acreedores).

Como vemos, el gobierno restringe la emisión monetaria que tiene como destino costear el gasto social (jubilaciones, asistencia alimentaria, asignaciones familiares, etc.), ejecutando un ajuste sobre el mismo, pero apela a ella cuando se trata de cumplir los compromisos usurarios con la banca o pagarle a los exportadores a un tipo de cambio más beneficioso para ellos luego de la megadevaluación. No hay plata para satisfacer las necesidades populares, pero sí para llenar los bolsillos de los grandes capitalistas.

Esos casi $7 billones de emisión que embolsaron los bancos y los exportadores en diciembre, supera ampliamente el presupuesto devengado en el mismo mes para jubilaciones ($2,2 billones), salarios del sector público ($887 mil millones), asignaciones familiares ($190 mil millones), asistencia alimentaria ($101 mil millones), Potenciar Trabajo ($136 mil millones), transferencias a universidades ($231 mil millones) u obra pública ($92 mil millones), según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Como vemos, la causa de la emisión inflacionaria no son las partidas sociales, como sostienen los defensores del plan motosierra, sino principalmente el gasto parasitario que implica la bicicleta financiera en beneficio de los especuladores, el cual Milei mantiene intacto.

El gobierno quiere que el pueblo acepte más privaciones bajo la falsa promesa de que así se termina con el flagelo de la inflación. Mientras tanto, la “máquina de imprimir billetes” sigue andando en favor de los poderosos. Debemos desenmascarar ese discurso y luchar para no ser nosotros quienes paguemos los costos de esta crisis.

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