Políticas
22/11/2024
Energía eléctrica: decretazos, tarifazos y huelga de inversiones
Estiran la emergencia hasta julio de 2025.
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Mientras los usuarios sufren tarifazos, las empresas abultan sus bolsillos.
A una semana de asumir el gobierno de Milei, emitió el decretazo 55/2023 por el cual declaró la emergencia en “los segmentos de generación, transporte y distribución de energía eléctrica bajo jurisdicción federal y de transporte y distribución de gas natural”.
Luego de casi un año, durante el cual se impuso una gran quita de los subsidios y un aumento brutal de las tarifas eléctricas (entre 400% al 600%), hoy el gobierno nacional debIó emitir otro DNU por el cual prorroga la emergencia hasta mediados del año entrante (donde seguramente, si para ese entonces, la campaña electoral está lanzada plenamente, será nuevamente prorrogada).
Es que los sectores declarados en emergencia (todas las etapas de la energía eléctrica y el transporte, gasoductos) y distribución del gas natural, han sufrido desde entonces un parate y una inversión casi nula en función de garantizar las ganancias de las empresas de ambos sectores.
Mientras para las familias el consumo, tanto de energía eléctrica como de gas, es una penuria, las empresas declaran ganancias superiores al año pasado. Es tan brutal la política de esquilmar el bolsillo del consumidor que en octubre el gobierno decidió postergar el aumento de tarifas para noviembre, en función de no alimentar la inflación y sabiendo que el humor social está mudando.
La irracionalidad capitalista al palo
Como ocurre con el retraso en las inversiones de evacuación de la producción hidrocarburífera, en el sector de la energía eléctrica la lógica de la renta capitalista ha producido un expresión de la anarquía del mercado: la potencia instalada para producir energía eléctrica en el país es de alrededor de 42.000 Mw, pero la redes de transporte de esa capacidad de producción no supera los 28.000 Mw. No hay inversiones en redes de Extra Alta Tensión (500 Kv) que sirvan de vía de transporte de esa capacidad de producción de kilovatios. Desde hace 10 años no se construye una línea de este tipo. Es decir, hay un déficit marcado en la capacidad de transporte. En los últimos 30 años, mientras la demanda de energía eléctrica creció más del 300%, la capacidad de transporte apenas se duplicó.
Esto ha producido un efecto que ya tuvo serias consecuencias con apagones masivos a nivel país, uno en el 2019 y otro en el 2023. Y muchos anuncian que el sistema camina por la cornisa de otro evento similar durante este verano.
Es que la “motosierra” de Milei, optó por amoldar la situación de todo el sistema a la escasa capacidad de transporte, y apenas asumió dio de baja varios proyectos por los cuales se adjudicaban 3.000 Mw en capacidad de producción en energía térmica. Aplicó la lógica de adaptar la política energética a la huelga de inversiones.
Los parques eólicos y solares que se desarrollaron desde el macrismo, hoy encuentran una limitación en la falta de redes de Extra Alta Tensión para poder vender kilovatios y se han refugiado en la venta de potencia que, sin nuevas inversiones en redes, impide que se pueda vender toda la capacidad contratada por los intermediarios, al mismo momento.
Los parques eólicos de la Patagonia son un ejemplo de ello. Por eso el jefe de gabinete fue elocuente hace poco tiempo cuando destapó que vamos a un verano con apagones, que el decreto de prórroga de la emergencia (DNU 1023/2024) que se acaba de emitir, precisamente, trata de mitigar, pero es más de lo mismo.
Desde el punto de vista relativo las inversiones en producción de electricidad chocan con la falta de inversiones en transporte. Es la anarquía típica del capitalismo al palo, donde cada capitalista o empresa busca su renta individual, en competencia con los demás, sin tener de conjunto un plan general. La burguesía no puede superar su propia esencia.
El riesgo de colapso
Toda red de transporte en Extra Alta Tensión, por diseño, deja siempre un margen de reserva en su capacidad, como medida de resguardo del sistema. Al existir huelga de inversiones en ese sector, esa reserva de capacidad se está utilizando, disminuyendo los márgenes al límite, lo cual coloca a todo el sistema al borde de salidas de servicio masivas como las ya ocurridas, por lo que los dichos del ministro jefe de gabinete están mas cerca de un evento con altas probabilidades que ocurra, que de una opinión en general.
Toda la industria electro intensiva de la Patagonia, desde la ya instalada (como Aluar o la Planta de Agua Pesada) hasta la proyectada (como los proyectos de hidrógeno verde, y hasta cierto punto el proyecto de GNL en Punta Colorada o el oleoducto Vaca Muerta Sur), está sometida a este stress eléctrico de escasez. Y por lo tanto, genera una nueva traba intrínseca a la anarquía del propio capitalismo. Ni hablar de los centros industriales, ya que la Patagonia consume alrededor del 10% de toda la energía que produce o está en condiciones de producir por la capacidad instalada (hidroeléctrica, térmica y renovables como eólica y solar).
Y si esto afecta a la producción industrial, se potencia en lo que afecta a las familias que, pagando precios prohibitivos por el consumo eléctrico, van a sufrir apagones masivos en el caso de un colapso del sistema.
Situación que el DNU de prórroga de la emergencia no soluciona, porque sostiene la línea de “establecer los mecanismos y condiciones técnicas y económicas adecuadas para los prestadores y los usuarios de todas las categorías”. Ya sabemos que lo “adecuado” para los prestadores son los tarifazos y para las empresas lo “adecuado” es no invertir para de este modo abultar sus ganancias.
El reciente decreto sostiene la política implementada por las leyes del menemismo como la Nº 24.065 y mantiene el régimen de audiencias públicas, que se han transformado en un evento restringido a denuncias (ambientales, de precios, etc.) y que no han impedido el aumento sideral de tarifas ni las privatizaciones.
El nuevo decretazo prorroga también la intervención de los entes reguladores del sector hasta que se cree el organismo creado por la llamada “Ley Bases”, el cual sigue en el limbo. O sea, estamos en manos de los acontecimientos climáticos, como en la época de las cavernas.
Hay que echar a Milei y su gobierno, junto con sus cómplices en la barbarie. Las elecciones del 2025 quedan lejos como para la seguir perdiendo, ahora, calidad de vida en todo sentido.